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EL DIARIO digital
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El corazón debe latir de una forma regular; en caso contrario, la salud está en riesgo. Las alteraciones del ritmo cardiaco se conocen como arritmias, la más frecuente de las cuales es la fibrilación auricular. Se calcula que una de cada 3 personas la desarrollará a lo largo de su vida. Diagnosticarla a tiempo es posible, no hacen falta grandes medios y hay tratamientos eficaces para evitar su principal consecuencia: el ictus y el consiguiente riesgo de fallecimiento.
La fibrilación auricular se caracteriza generalmente por una aceleración de la frecuencia cardiaca (taquicardia), aunque en ocasiones puede darse con una frecuencia cardiaca normal o incluso baja. Aparece cuando el ritmo cardíaco deja de ser regular y constante y el tiempo entre latido y latido es desigual. Esa pérdida de sincronía en el ritmo puede ocasionar la formación de coágulos (trombos) de sangre en el interior del corazón. Si esos coágulos se desprenden, pueden viajar a cualquier sitio del organismo, sobre todo al cerebro, donde pueden causar un ictus. De hecho, en algunos pacientes se diagnostica este problema después de padecer un accidente cerebrovascular y se calcula que un tercio de los ictus tienen como causa subyacente la fibrilación auricular.
Este ritmo cardiaco irregular también multiplica el riesgo de padecer insuficiencia cardiaca y las probabilidades de sufrir otros fenómenos causados por trombos, como infarto de miocardio y embolia renal o periférica, así como deterioro cognitivo y demencia vascular.
Esta dolencia puede afectar a cualquier individuo, aunque es mucho más frecuente en personas mayores y en quienes padecen hipertensión y otros problemas cardiacos. Es más habitual en hombres y se ha observado una cierta predisposición genética, pero no es una enfermedad hereditaria.
Diagnóstico de la fibrilación auricular
Con motivo de la celebración el próximo 1 de marzo del Día del Pulso, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha puesto en marcha, a través de su Asociación del Ritmo Cardiaco y la Fundación Española del corazón, la campaña de concienciación Siente tu ritmo: tómate el pulso, con la que pretende informar sobre la importancia del diagnóstico precoz de la fibrilación auricular.
"Lo peor de todo es que la fibrilación auricular puede no dar ningún síntoma", ha explicado Tomás Datino, presidente de la Asociación del ritmo Cardiaco. "Si da síntomas, como casi siempre en los problemas del corazón -sobre todo en las arritmias-, la sensación que suele producir es de taquicardia (palpitaciones), falta de aire, pulso rápido, fatiga ". Mareos y dolor en el pecho son otros síntomas comunes.
El diagnóstico de este tipo de arritmia es muy sencillo: hacer un electrocardiograma. Pero para llevarlo a cabo hay que solicitarlo -no es una prueba que se haga de forma rutinaria a la población-, por lo que previamente hay que tener una sospecha de la existencia de esta enfermedad. "De ahí la importancia de que uno sea capaz de detectárselo o notarlo", según Datino.
Para detectarlo, ha añadido Cristina Lozano, presidenta del Grupo Jóvenes Cardiólogos de la SEC, "con una técnica tan sencilla como tomarse el pulso uno puede ser autoconsciente de que puede tener una alteración del ritmo cardiaco".
Cómo tomarse el pulso
La mejor opción es tomarse el pulso radial, es decir, en la parte de la muñeca donde se dobla la mano. Basta con poner uno o dos dedos durante un rato para detectar el latido cardiaco. Si es regular, es que no hay ningún problema. Pero si, en palabras de Datino, "va como a saltitos, puede estar alterado y estaríamos ante una arritmia".
El cardiólogo puntualiza que no todo el mundo es capaz de tomarse el pulso y detectar claramente el latido. En esos casos, si existe una sospecha, lo mejor es acudir al médico de atención primaria para una toma correcta del pulso, o bien aprovechar cualquier visita por otros motivos para solicitar una comprobación. Es lo que se conoce como diagnóstico oportunista. Algunos relojes inteligentes también toman el pulso y pueden detectar arritmias.