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¿Por qué la mayoría de los propósitos de Año Nuevo fracasan? Descubre cómo cumplirlos este año

La mayoría de las personas no logran sus metas de principios de año. ¿Sucede por una falta de fuerza de voluntad? Una psicóloga nos cuenta por qué abandonamos nuestros objetivos y las claves para concluirlos con éxito.  

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EL DIARIO digital

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Dejar de fumar, hacer ejercicio, perder grasa y ganar músculo, bajar de peso, pasar tiempo de calidad con la familia, leer más... El inicio de un nuevo año brinda la oportunidad de romper con malos hábitos y cumplir las metas que uno se marca. Pero se empieza con muchas ganas y luego se abandonan y no se alcanzan esos objetivos. ¿Por qué fracasamos en los propósitos de Año Nuevo? ¿Qué está fallando?

Para Victoria Orbe, psicóloga de El Prado Psicólogos, el principal motivo por el que no logra el éxito es por ponerse una meta demasiado general sin concretar los pasos a dar para lograrla: "Más que idear y desarrollar un plan, este tiende a bosquejarse. Lo incorrecto es, por lo tanto, plantear los propósitos de forma genérica y abstracta, más como un deseo que como una meta". Así, la experta señala que el fallo más habitual reside en la falta de precisión y organización de los propios propósitos, esto es, no especificar cómo y cuándo se ejecutará el objetivo.

No obstante, cada persona es diferente y el fracaso en los propósitos de Año Nuevo puede estar motivado, según la especialista, por una falta de realismo o un exceso de ambición. Por ejemplo, proponer demasiados objetivos (sin priorizar ninguno) incompatibles con el día a día o que suponen un cambio radical.

Otro error frecuente es no comprometerse a mantener los propios propósitos. Orbe explica que, aunque esto puede deberse a varios factores, los más frecuentes son la imposibilidad o excesiva dificultad en su ejecución (ya sea por escasez de realismo o demasiada ambición), la falta de recompensa tras su consecución (que refuerza la creación del hábito) o no compartir los objetivos con otras personas que podrían ayudarnos en su cumplimiento (al generar un sentimiento de compromiso, motivándonos o compartiéndolos con uno).

Asimismo, precisa la psicóloga, "la actitud ante la no consecución de los objetivos es fundamental, ya que mucha gente tiende a abandonar sus propósitos al ver que no está siguiendo su plan y no alcanza sus objetivos tan sencilla y rápidamente como esperaba. La capacidad de automotivarse y reflexionar sobre lo sucedido a fin de poder implementar los cambios necesarios es imprescindible, ya que es complicado diseñar el plan perfecto desde el principio".

Consejos para cumplir los propósitos de Año Nuevo 

La psicóloga recomienda elaborar un plan siguiendo la metodología SMART que ayuda al establecimiento de objetivos. Es decir, que las metas deben ser: específicas (Specific), medibles (Measurable), asequibles (Achievable), realistas (Realistic) y con una fecha de ejecución (Time-bound).

Para ello, Orbe recomienda seguir estas siguientes pautas:

Ser lo más preciso posible, ya que un objetivo concreto es más fácil llevar a término: se trata de "focalizarse en metas concretas, no aspiraciones generales". Por ejemplo, en lugar de plantearse ahorrar más, es aconsejable establecer una cantidad mensual específica.

-Plantear objetivos realistas, que no estén demasiado distanciados de la realidad ni sean excesivamente exigentes desde el principio: por ejemplo, si el objetivo es ponerse en forma y nunca se ha ido al gimnasio, plantearse ir todos los días normalmente no resulta realista. Es más lógico, por lo tanto, empezar yendo un par de días a la semana. 

-Diseñar una rutina que incluya puntos de referencia para medir los propios objetivos: establecer prioridades entre los distintos objetivos e ir incrementándolos gradualmente, pues "es más sencillo crear un nuevo hábito e ir progresando con el tiempo que empezar con un objetivo que supone un cambio radical, ya que requiere de una gran disciplina inicial, lo que resulta poco realista".

-Marcarse metas de aproximación, en vez de metas de evitación, pues son más sencillas de ejecutar. Por ejemplo, proponerse empezar a fumar dos cigarrillos al día en lugar de plantearse no fumar cinco cigarrillos diarios.

Respecto a la consecución de objetivos, la experta aconseja:

-Escribir sobre los propios objetivos, favoreciendo el compromiso con la decisión: "se ha demostrado que el contenido escrito a mano hace que la información quede más asentada en el córtex cerebral".

-Compartir los objetivos con el círculo social: además de suponer una forma de autopresión para su cumplimiento, el entorno puede ayudarnos a la consecución de los objetivos (ya sea animando a alcanzarlos o al compartir las mismas actividades y objetivos).

-Recompensarse tras alcanzar un objetivo: esta recompensa hará que "se ponga en marcha el ciclo de retroalimentación de la dopamina, asociando ese comportamiento a una sensación positiva que favorecerá la creación y mantenimiento del hábito que se desea instaurar".

-No frustrarse y rendirse al no alcanzar los objetivos: la psicóloga enfatiza que es importante "ser consciente de que crear un hábito requiere cierto tiempo. Además, no todos los días son iguales y, a lo mejor, no era posible realizar el objetivo con normalidad ese día".

-Ser consciente de las creencias limitantes y trabajar en ellas: creer que si no se consiguen todos los cambios a la vez (y de forma inmediata) es porque no se tiene fuerza de voluntad es un pensamiento negativo que conduce al autosabotaje. 

-Reflexionar sobre los posibles errores del plan o su ejecución: en ocasiones, los objetivos no corresponden con lo que uno realmente desea o no se adecuan a sus circunstancias personales. Por ejemplo, pretender estudiar todos los días cuando apenas se dispone de tiempo libre.

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