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EL DIARIO digital
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El joven venezolano que fue tragado y expulsado por una ballena jorobada el fin de semana mientras realizaba una travesía de trekking y packrafting junto a su padre por las gélidas aguas del estrecho de Magallanes contó a un medio chileno cómo vivió el desconcertante episodio: "Yo pensé que era una ola", dijo Adrián Simancas, de 23 años, a La Prensa Austral al relatar el momento previo al impacto.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que se trataba de otra cosa: "Cuando siento ese impacto tan fuerte, supe que no podía ser una ola, porque sería un tsunami o algo raro".
De inmediato se dio vuelta y vio como algo "entre azul y blanco" lo rodeaba y lo hundía. "Yo pensé que me había comido algo, porque habíamos conversado poco antes que por esa zona también podrían haber orcas y esas sí son más agresivas. En esos tres segundos que estuve bajo el agua pensé que podría haber muerto", dijo sobre el escalofriante momento.
"Pensé que me había tragado y que ya estaba listo", remarcó.
Sin embargo, unos segundos más tarde sintió cómo el chaleco lo impulsaba hacia arriba. "Ahí salí muy desorientado", recordó.
Adrián vivió los momentos posteriores con mucha tensión, pensó que era víctima de una suerte de ataque. "Sentía que se movía alrededor de mí o debajo de mí, que iba a tumbar a mi papá también", explicó.
Su padre, Dell Simancas, un anestesista de 49 años, logró alcanzarlo y sujetarlo y rápidamente se alejaron hacia una zona más segura. Después ataron el packraft de Adrián al de su padre y juntos se acercaron a la orilla.
"No vi a Adrián por tres segundos y me asusté. Cuando volteo no veo nada, no veo a Adrián. Ese fue el único momento de susto realmente que tuve, porque no lo vi como por tres segundos. Y de repente sale así como disparado", dijo por su lado Dell.
Después del impactante episodio, del que Adrián salió ileso, decidieron suspender la travesía a la isla Nassau porque el joven había perdido su remo.
El joven venezolano, que lleva siete años viviendo en Punta Arenas, dijo que algo que lo ayudó a sobrellevar la situación con calma, como se observa en el video, fue su experiencia navegando por otros ríos y lagos y los cursos de técnicas de rescate, los que aprendió qué hacer en casos de sumergirse a temperaturas gélidas de manera repentina. "Uno queda aturdido por la temperatura del agua al momento de sumergirse, la mente queda como paralizada", explicó Adrián.
Tras lo vivido, que quedó captado en un video que se volvió viral en redes sociales, padre e hijo afirmaron que seguirán explorando en futuras expediciones, aunque esta vez con mayor precaución y distancia.
La ballena jorobada es un cetáceo de gran tamaño, y las hembras son sensiblemente más grandes que los machos. Mientras que una hembra suele medir entre 12 y 14 metros con máximos de hasta 15 metros, los machos suelen encontrarse en el rango comprendido entre los 11 y los 13 metros. Se alimenta básicamente de krill, crustáceos planctónicos, peces y plancton.