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EL DIARIO digital
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La decisión del presidente Javier Milei de no participar de la 30° Conferencia Industrial que organiza todos los años la Unión Industrial Argentina (UIA) -y que se está desarrollando este martes en el Centro de Convenciones porteño- volvió a marcar esa distancia que desde hace ya varios meses empezó a percibirse entre los empresarios fabriles y el Gobierno.
Sus duras declaraciones durante el festejo del Día de la Industria en septiembre, en contra de las políticas de protección adoptadas durante muchas décadas en la Argentina, sirvieron para demostrar lo que es capaz de plantear el jefe de Estado cuando está convencido de algo, incluso en casa ajena. En este caso, el festejo fue en la sede de la entidad. Es por eso varios de los empresarios socios de la UIA festejaban que no hubiera dado el presente en la conferencia. "Antes que escucharlo decir barbaridades en contra de la industria, mejor que no venga", dijo un miembro del comité ejecutivo de la entidad.
Sin embargo, la mayoría lamentó su ausencia. Más allá de no coincidir con muchas de las políticas que se están adoptando, en la UIA consideran que siempre es mejor dialogar y poder llegar a acuerdos. "Nosotros creemos en el mensaje del Presidente, que el motor de la Argentina tiene que ser el sector privado. Bueno, es con nosotros. Así que vamos a seguir hablando con todos los interlocutores que tiene el Gobierno para llevarles nuestras propuestas y nuestras ideas", aseguró, en diálogo con la prensa, el presidente de la conferencia y titular de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (Uipba), Martín Rappallini.
Horas antes, a pocos minutos de que arranque el evento, el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, había intentado quitarle dramatismo a la ausencia del Presidente y destacó la presencia del secretario coordinador de Producción, Juan Pazo, quien finalmente asistió a la conferencia junto al secretario de Industria y Comercio, Pablo Lavigne. "No hay que dramatizar, le haremos llegar las conclusiones de la conferencia al Gobierno. De eso nos vamos a encargar", señaló el directivo, al agregar que de ninguna manera el diálogo está cerrado.
De todos modos. La de Milei no fue la única ausencia importante. El ministro de Economía, Luis Caputo, tampoco dio el presente en el evento anual de la entidad, pero buscó calmar los ánimos mediante una invitación para la semana próxima. Según anticipó Rappallini, "la semana que viene va a ir todo el comité ejecutivo a reunirse con el Ministro", situación que aprovecharán para plantear todos los reclamos en materia de competitividad que viene haciendo la plana mayor de la UIA desde hace tiempo.
El atraso cambiario, la apertura comercial y la persistente suba de los costos está generando un profundo desequilibrio que genera grandes temores de cara al año próximo, cuando se espera que la economía se recupere y las importaciones ganen mayor terreno. A modo de gesto previo a la convocatoria a la reunión de la semana próxima, Caputo se había referido, semanas atrás, a la necesidad de "nivelar la cancha" para que los industriales puedan competir en igualdad de condiciones. El problema son los tiempos. Y ésa es justamente la discusión que en la UIA quieren tener con el Gobierno.
"El debate que tenemos que darnos con ellos es justamente cómo coordinamos eso, cómo se da esa apertura con la nivelación de condiciones que tiene hoy la industria nacional. O sea, nosotros pedimos igualdad de condiciones para competir. Seguramente va a haber que hacer estudios sectoriales, vamos a tener que ver cómo evolucionan también las importaciones", precisó el titular de la conferencia.
Consciente de que no será fácil lograr una rápida baja de impuestos -por la necesidad de superávit fiscal-, el empresario enfatizó: "Muchas veces hay que ponerle cabeza. Hay muchas posibilidades de solución. Y seguramente después se tendrá que ver el tema de aranceles, cómo va evolucionando en el tiempo el ritmo de baja de aranceles".
La agenda de competitividad estuvo presente durante toda la jornada. Es lo que hoy preocupa a la industria, a partir del reconocimiento de que hubo un gran avance en materia de estabilización macroeconómica. En palabras de Funes de Rioja, "se está encaminando la macro, por lo que ahora hay que plantear la agenda micro. Cómo competir en la Argentina y en el mundo con un agregado fundamental; el mundo está en situación muy compleja, han reaparecido las prácticas de defensa en muchos países".
El economista Manuel Albaladejo, representante regional de la Onudi (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) se refirió justamente a cómo los países en el mundo se están protegiendo y está reapareciendo la agenda industrial, en un contexto en el que la Argentina va por el camino contrario. Y el director ejecutivo de la UIA, Diego Coatz expuso los lineamientos de un reciente estudio sobre competitividad que la entidad realizó para mostrar cómo se encuentra la Argentina en términos de costos en comparación con otros países de la región.
"Cuando uno ve la productividad de esfuerzo que hacen todos los sectores, estamos compitiendo, estamos en la cancha. Ahora bien, cuando salimos afuera, el famoso costo argentino, y entramos en el terreno de la competitividad, los resultados, en términos comparativos, son más desafiantes", dijo Coatz, para repasar luego, uno por uno, los distintos aspectos que hacen a la competitividad y en los que la Argentina se ubica muy abajo en el listado regional. Se refirió a los costos logísticos, a la carga tributaria, al financiamiento, costos laborales, entre otros aspectos. Y el reclamo industrial es justamente trabajar sobre estos aspectos para que las industrias tengan menores costos y puedan, de esa forma, enfrentar la competencia con las importaciones en igualdad de condiciones.