Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
Tras la baja de la inflación al 2,7% en octubre, el gobierno desborda de optimismo y el ministro de Economía, Luis Caputo, pretende aprovechar esta recuperación para avanzar con más reformas de fondo que permitan transitar un 2025 con crecimiento sin sobresaltos.
Ahora, resolvió alentar aún más las importaciones con el fin de bajarle el techo a la inflación, con la medida que permitirá importar hasta US$ 3.000 puerta a puerta desde diciembre, a la que le darán la bienvenida sobre todo los sectores medios.
"La batalla contra la inflación ya la ganamos", asegura Caputo, mientras desde la Casa Rosada se animan a vaticinar que las próximas mediciones del INDEC rondarán el 2%. Según los cálculos de Milei, noviembre podría mostrar un costo de vida más próximo a ese 2% y hacia enero, rebaja del crawling peg mediante, se podría ir a la zona del 1%.
El último espaldarazo que el equipo económico pretende capitalizar es el éxito del blanqueo de capitales, que superó todos los pronósticos y permitió el ingreso de más de u$s 23.000 millones.
Esto permitió mantener a raya la emisión monetaria sin necesidad de volcar pesos excedentes al mercado para comprar divisas. La suba de las reservas hubiese aún mayor si no habría operado fuertes vencimientos de deuda.
Por eso, en Economía celebran también que el mercado haya atenuado sus reclamos de salida del cepo. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, dijo que "cada vez se escuchan menos esos pedidos, porque saben que vamos en ese sentido".
Incluso, Caputo dijo que "en algún momento el año que viene" se tomará la decisión de salir del cepo.
Si bien insistió en que "se hará cuando estemos 100% seguros que no va a generar un problema en la economía", en el Palacio de Hacienda admiten la mejora de las condiciones económicas, sumada al superávit financiero obtenido en noviembre, va allanando el terreno para terminar de una buena vez con las restricciones cambiarias.
La medida se tomará, dicen cerca de Milei, cuando haya certeza de que impactará positivamente sobre las elecciones legislativas del año próximo, consideradas claves por el gobierno para poder avanzar con iniciativas claves en el Parlamento, que por ahora fueron frenadas por la oposición.
La lógica que impera es la siguiente: si Caputo considera que levantar el cepo corre riesgo cero de provocar nubarrones cambiarios, el fin de las restricciones cambiarias podría aplicarse antes de las elecciones de octubre, ya que políticamente traccionarían a favor en los comicios.
En cambio, si existiera la menor duda, la decisión se dejaría para después de la contienda electoral.
"Salir del cepo es un tema de condiciones y con el tiempo esas condiciones van a ir mejorando", explica Caputo.
La gran pregunta es a qué nivel de dólar podría darse la convergencia para unificación cambiaria.
Por experiencia, siempre tiende ir hacia la cotización más alta, por lo que el hecho de que haya bajado fuerte la brecha cambiaria, jugaría a favor de la estrategia oficial. Milei coincide con esta lectura, y viene diciendo que cuando se levanten las restricciones, el precio del dólar confluirá hacia el valor del contado con liqui.
Con el dólar oficial en $1.020 y al contado con liqui con en $1.160, el valor de convergencia estaría más cerca del CCL. A esta altura del año, especialistas creen que en caso de levantarse el cepo el dólar iría a la zona de los $1.150.
Según la última proyección del Bank of America, el dólar oficial se ubicará en $1100 para fines de 2024. Para el primer trimestre del 2025 lo pronostican en $1175, para el segundo trimestre en $1350 y para el tercero, en 1450 pesos.
A este escenario hay que sumarle un indicio clave que dio Milei, al anticipar que achicará la depreciación mensual del peso a la zona del 1%. Esto provocaría una baja del tipo de cambio, y llevaría el valor de convergencia hacia una zona de $1100 para principios de 2025.
Es tanto el optimismo, que el equipo económico empezó a estimar un crecimiento por encima del 5% previsto inicialmente para el 2025. La mejora de la proyección viene dada por expectativas superiores a las previstas en materia de inversión, a partir de los datos anticipados que vienen proporcionando empresas.
Si eso ocurre, en Economía consideran que la recuperación podría tender al 6% con un esquema de competencia de monedas donde el peso será el billete fuerte.
Como sea, Caputo asegura que "el riesgo de corrida cambiaria está eliminado".
El dato de 2,7% de costo de vida en octubre llevó al ministro de Economía a torear a los economistas que advertían que el proceso de baja de precio iba a ser muy lento y que el gobierno se vería obligado a devaluar más.
"Decían que la inflación no iba a poder bajar de determinado nivel, y eso se quebró ese nivel fácilmente. Ya hemos convergido prácticamente al nivel de crawl, más la inflación internacional", dijo el ministro. En efecto, el crawling peg es del 2% mensual y en el gobierno dicen que sin esa depreciación del peso el costo de vida se ubicaría por debajo del 1%.
Recientemente distinguido como economista del año en Estados Unidos, Caputo aprovechó sus últimas exposiciones ante financistas para sostener que este es "el programa de estabilización más exitoso que se haya visto, entre otras cosas porque ya hemos recuperado el nivel de actividad de noviembre".
Ahora apunta a que se siga recuperando el nivel del crédito, sobre todo para las pymes y las viviendas. Según los números que maneja economía, los niveles de crédito ya se duplicaron y hay mucho lugar para que sigan creciendo.
Incluso, una proyección que maneja el Palacio de Hacienda arriesga que la caída del Producto Bruto de este año sería menor a la esperada, y ubicarse más cerca del 2%, cuando se esperaba que la economía cayera por encima del 3%.
No obstante, Caputo reconoce que aún falta para recuperar la credibilidad perdida en el último siglo. "La Argentina carece de credibilidad hace décadas, por los desaciertos de los últimos 120 años", asegura.
Enterado de que los financistas esperan resultados a diario, el ministro de Economía dijo que el gobierno seguirá dando señales claras a los mercados de que esta vez las transformaciones llegaron para quedarse y quedarán eliminados el déficit fiscal y la emisión monetaria.
Incluso, el jefe de Economía hace una promesa al sector privado, al ratificar que el superávit será devuelto con rebajas impositivas.
El optimismo es mayúsculo. Habrá que ver si el empresariado responde con anuncios de inversiones, y sobre todo si los capitales extranjeros comienzan a poner en el radar a la Argentina el año próximo.
Esa siempre es la meta más difícil de cumplir.