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EL DIARIO digital
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Argentina votó este lunes en contra de una resolución a favor de los derechos de los pueblos originarios que se impulsó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El rechazo al documento se dio en soledad: Estados Unidos votó a favor e Israel estuvo ausente.
Hace algunas semanas, el presidente Javier Milei despidió a Diana Mondino de la Cancillería después de que Argentina se diferenciara de Estados Unidos en una votación sobre el bloqueo a Cuba. Cuando Gerardo Werthein asumió en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, dio a entender que bajo su gestión se votaría siempre alineados al país norteamericano e Israel. No fue este el caso: Argentina fue el único país miembro de la ONU que votó en contra.
En el documento, impulsado por Bolivia, Dominica, Ecuador, Liberia, México, Paraguay y Venezuela, se reafirmaron derechos de los pueblos originarios en materia de acceso a la justicia, lenguaje y protección contra los fenómenos climáticos.
La Asamblea General instó "a los Gobiernos y al sistema de las Naciones Unidas a que, en consulta y cooperación con los Pueblos Indígenas por medio de sus representantes e instituciones, continúen aplicando medidas adecuadas a nivel nacional, incluidas medidas legislativas, para alcanzar los fines de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y promover su conocimiento en todos los sectores de la sociedad, incluso entre los integrantes de los órganos legislativos, el poder judicial y la administración pública, y entre los Pueblos Indígenas". Asimismo, invitó "a las organizaciones internacionales y regionales, en el marco de sus respectivos mandatos, las instituciones nacionales de derechos humanos, donde estas existan, la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, y otras instancias pertinentes a que contribuyan a esos esfuerzos".
Además, alentó "a los Estados Miembros a que adopten planes de acción nacionales con un enfoque intergeneracional" con el objetivo de "preservar, revitalizar y promover las lenguas indígenas, incluidas las lenguas de señas, y a que colaboren con instancias públicas y privadas para aumentar el uso de tecnologías digitales que favorezcan la participación y el empoderamiento de los Pueblos Indígenas, respetando al mismo tiempo sus culturas, tradiciones y autonomía".