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EL DIARIO digital
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La nueva rebaja de tasas anunciada por la Reserva Federal parece llegar en el momento justo para la Argentina, que lucha por salir de la recesión y logró una mejora de los principales indicadores macroeconómicos.
Con el dólar en su menor nivel en seis meses, el banco central norteamericano redujo al 4,75% los tipos de interés, lo que puede tornar más atractivo destinar inversiones a mercados emergentes como la Argentina.
La FED sigue confiada en que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia el 2% anual, luego de los temores de la sociedad norteamericana, que explicaron en parte el vuelco del electorado hacia Donald Trump en la última elección.
En los Estados Unidos, la tasa de interés de fondos federales es la tasa nominal de referencia de todo el sistema financiero.
Es determinante para la tasa interbancaria, es decir, la que rige para préstamos entre bancos, que deben cubrir un cierto nivel de reserva de fondos, ya sea como saldo en la Fed, o como efectivo en la propia institución, históricamente en el 10% del stock de depósitos.
Con tasas más bajas se vuelve más barato el crédito y se le da impulso a la actividad económica. Cuando la inflación es una amenaza, se suben las tasas, se retira dinero de la actividad -para el inversor es más rentable aprovechar una tasa alta y dejar fondos en el banco que invertirlos en la economía real- y se presiona a una desaceleración del consumo y la oferta, aunque con efectos recesivos.
En la Argentina el Banco Central aplicó una estrategia similar con la tasa que ofrece a través de distintos instrumentos emitidos, como fueron las Lebac (Letras del), las Leliq (Letras de Liquidez) y los Pases pasivos.
Para la Argentina, la rebaja de tasas desincentivará el flujo de fondos globales hacia los EE.UU.
El dinero de los inversores va a buscar mayor rentabilidad fuera del sistema financiero norteamericano y esto puede beneficiar a los países emergentes, cuyos bonos ofrecen altas tasas relativas a los rendimientos de bonos de EE.UU., por ejemplo.
Asimismo, la Argentina podría captar fondos de inversión para su economía, lo mismo que sus socios comerciales -como Brasil o China-.
Ello redundaría en un impulso para la actividad económica y el crecimiento.
Se espera además que hay una mejora en los precios de las materias primas.
Como consecuencia de un dólar más débil también se le daría un empujón alcista -medidos en dólares- a las cotizaciones de los principales productos exportables de la Argentina, como granos y sus derivados industriales, que afianzaría el superávit comercial.
También existiría un financiamiento más accesible, ya que la economía argentina está necesitada de divisas y su endeudamiento soberano es primordialmente en dólares, así que esta tendencia es una noticia positiva.
La necesidad del Gobierno de regresar a los mercados voluntarios de deuda en el exterior para refinanciar sus pasivos puede contar con una ayuda en este menor costo financiero para obtener dólares y reducir el riesgo país.
Expertos destacaron que la inflación en EE.UU. ha caído por debajo del 3%, lo que históricamente es positivo para la renta variable, especialmente para las empresas de pequeña capitalización, aunque con mayor riesgo.