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EL DIARIO digital
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Pocas horas después de vetar la ley de Financiamiento Universitario, el Gobierno se vio obligado a apurar las negociaciones con los bloques dialoguistas a partir del llamado urgente a sesionar el próximo miércoles que hicieron la UCR y Encuentro Federal junto a la Coalición Cívica y partidos provinciales. Ante un escenario de escasez de respaldos en el Congreso, con la mayor parte de los partidos en contra, el oficialismo busca convencer a PRO de que respalde el rechazo del Presidente, o, al menos, que se ausente la mayor cantidad de legisladores de esa fuerza para facilitarle reunir los dos tercios de los presentes.
Después de que el veto del Presidente se oficializara, y luego de la masiva marcha federal de ayer, la mañana del jueves en la Casa Rosada empezó agitada. Según el vocero, Manuel Adorni, el tema que más preocupa al Gobierno ni siquiera se tocó en la reunión de Gabinete que encabezó Milei, a la cual faltó la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que tiene a cargo la secretaría de Educación y fue una de las protagonistas del conflicto.
La funcionaria, muy amiga del primer mandatario, no suele asistir a esos encuentros desde que creció su disputa interna con Santiago Caputo, que sí estuvo presente y, a diferencia de otras ocasiones, fue incluido en el listado oficial de participantes que distribuye la secretaría de Comunicación. Así que fue Milei quien se desplazó hasta Casa Patria para tomarse una foto con ella y el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez. Una señal de respaldo a la funcionaria que mantuvo una postura dogmática, en línea con el Presidente, frente a los reclamos de los gremios y las autoridades universitarias.
A pesar del las muestras de enojo en redes y del ninguneo al tema de los votos en el Congreso, en otros despachos se trabajaba a destajo y contrarreloj un plan para convencer a los socios y evitar que el Gobierno quede mal parado. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, llegó temprano a Balcarce 50 para reunirse con su primo y asesor de Karina Milei, y sincronizar ideas de cara a la serie de reuniones que tiene previstas para la tarde con referentes de las otras fuerzas en el Congreso. Mientras que el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, segundo de Guillermo Francos, recibió al jefe de la bancada de PRO, Cristian Ritondo (aunque en el entorno del anfitrión aseguraron que la reunión, de la que también participó el intendente de Junín y soldado de Ritondo, Pablo Petrecca, estaba prevista de antemano).
Después, ambos continuaron con reuniones y llamados a los legisladores desde la Casa Rosada y desde Diputados, respectivamente. Francos monitoreaba las conversaciones, pero sin participar directamente. Antes se había mantenido al margen del manejo del conflicto con los gremios universitarios y las autoridades de las casas de altos estudios y del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
Además de estos diálogos entre los dirigentes políticos del Gobierno, por ahora no hay en el horizonte una reunión entre Javier Milei y Mauricio Macri, que podría ser definitoria para destrabar posiciones. El Presidente y el titular de PRO no se ven desde el asado que brindó el primer mandatario en Olivos para homenajear a los 87 "héroes" que defendieron el veto a la recomposición jubilatoria. Y apenas hablaron desde entonces.
El partido de Macri, a través de interlocutores variados, viene advirtiendo desde la semana pasada que no está dispuesto a apoyar ciegamente al Gobierno. En Balcarce 50, sin embargo, están convencidos de que, como ocurrió casi siempre, terminarán acompañando, o bien contribuyendo, a través de las ausencias de varios de sus soldados, a que La Libertad Avanza logre que el porcentaje de votos necesario para blindar el proyecto.
Necesita dos tercios de los presentes, que en el caso de la votación del veto a la ley de recomposición jubilatoria representaban 87 votos. Esta vez, el oficialismo aspira a tener que reunir menos voluntades en un cuerpo que, esperan, quede diezmado por los faltazos de legisladores amarillos. Se muestran esperanzados de que pueden conseguir el número porque, nuevamente, descuentan que el PRO les jugará a favor. "No tienen forma de no acompañar, tienen que responderle a su electorado", dicen. Sin embargo, reconocen las señales de dudas del otro lado, y admiten que están apretados.
Por el contrario, los aliados de PRO se levantan el precio y deslizan que, esta vez, el escenario del Gobierno es distinto en relación con anteriores votaciones de peso, porque la imagen y la confianza sobre el Presidente empezaron a bajar. Además, creen que la situación es aún más delicada que con la recomposición de haberes jubilatorios, porque la institución de la universidad pública es ampliamente respetada. En la Casa Rosada creen lo contrario: "Este tema es muy de microclima porteñocéntrico palermitano", dijo un funcionario al tanto de las negociaciones.
Desde hace días que, por lo bajo, muy cerca del presidente, deslizan que no darán el brazo a torcer en caso de que el Congreso ratifique la ley de financiamiento para la educación superior que se aprobó hace dos semanas. "Hay más opciones después", dijo un referente del círculo del primer mandatario al vislumbrar las presiones de PRO. Hoy, el vocero Adorni hizo pública esa mirada ante una consulta de un periodista en conferencia de prensa: "No lo descartamos", sostuvo.
Antes, había explicado largamente por qué creía que la ley que prevé mecanismos para el otorgamiento de aumentos mes a mesa, sancionada por el Congreso, incumple la norma de Administración Financiera número 24.156 que, según citó, "en el artículo 26 exige de forma expresa que toda ley que autorice gastos no previstos en el presupuesto general deberá especificar las fuentes de los recursos a utilizar para su financiamiento". "O sea, básicamente, la pregunta es de dónde se saca el dinero", resumió Adorni frente a su micrófono en la sala de conferencias.
En PRO se niegan a abrazar a Milei en esta cruzada, pero tampoco le cierran la puerta: "No hay una postura clara. Se está discutiendo en el bloque y por eso no adelantamos posiciones personales", dijeron en el entorno de Macri. Y pidieron esperar a la reunión de la bancada, prevista para el martes que viene. Todo indica que patearán hasta último momento una definición.