El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de la ciudad de Mar del Plata condenó ayer a penas de entre 25 y 6 años de prisión a tres integrantes de una secta acusados del delito de trata de personas con fines de explotación y reducción a la servidumbre y alteración de identidad de menores.
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EL DIARIO digital
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Los magistrados adelantaron ayer la parte dispositiva de su veredicto, alcanzado por unanimidad, y consideraron que en el juicio desarrollado durante más de ocho meses quedó acreditada la responsabilidad penal de Silvia Cristina Capossiello (70), sentenciada a 25 años de cárcel; Sinecio de Jesús Coronado Acurero (75), condenado a 14 años, y Luis Antonio Fanesi (65), a 6.
Los tres fueron hallados culpables del delito de "trata de personas, bajo la modalidad de captación y acogimiento, con fines de explotación laboral y reducción a la servidumbre" de cuatro víctimas, como miembros de una organización que funcionó desde 1970 en Venezuela y Argentina, hasta que fue desarticulada en julio de 2018, en su sede del Hotel City, en pleno centro marplatense.
En el caso de Capossiello -pareja de Eduardo Nicosia, quien fuera el líder y fundador de la secta, fallecido en enero de 2021- fue sentenciada como coautora de ese delito, mientras que Coronado Acurero, de nacionalidad venezolana, fue condenado como partícipe necesario, y Fanesi como partícipe secundario.
La acusada fue hallada culpable además, en calidad de partícipe necesaria, de "violación reiterada agravada y abuso deshonesto" sufrida por cuatro mujeres, entre ellas hijas del líder religioso, y también de "hacer incierto y alterar la identidad de menores de 10 años" y "falsedad ideológica de instrumento público".
Una hora antes de conocerse la sentencia, Capossiello había rechazado las imputaciones al brindar sus últimas palabras ante el tribunal, integrado por los magistrados Roberto Falcone, Fernando Machado Pelloni y Nicolás Toselli.
El fallo dispuso, además, reparaciones económicas por 30 millones de pesos para dos de las víctimas y, de 15 y 10 millones para otras dos, por el "daño moral" sufrido, en línea con pedidos realizados en ese sentido por la fiscalía, representada por Fabián Celiz y Carlos Fioritti, y por la representante de la Defensoría Pública de la Víctima, Inés Jaureguiberry.
Para poder hacer efectivas estas reparaciones, los jueces ordenaron el decomiso de todos los bienes de la secta, entre ellos la sede del hotel ubicado en Diagonal Alberdi al 2500 -donde funcionó hasta que fue desbaratada la banda-, dos departamentos en la Ciudad de Buenos Aires, tres vehículos y dinero en efectivo y depositado en cuentas bancarias en Estados Unidos y Andorra.
En el veredicto, los magistrados absolvieron a los tres imputados respecto del delito de "acopio de armas", por considerar que no logró acreditarse esa acusación por parte de la Fiscalía.
De todos modos, se dispuso el secuestro de todas las armas y municiones secuestradas durante el allanamiento en el hotel City, el 3 de julio de 2018.
Los magistrados consideraron que tampoco pudo probarse la acusación contra Caposiello y Fanesi por resistencia a la autoridad en el marco de ese procedimiento.
Coerción
En la lectura de la sentencia, Falcone, presidente del tribunal, informó que los fundamentos del veredicto se darán a conocer el próximo 21 de junio.
El juicio por los delitos cometidos por esta secta se inició en septiembre de 2021, y tras las declaraciones de decenas de testigos, el Ministerio Público Fiscal (MPF) consideró acreditado en su alegato de cierre que los tres imputados "se valían de un proceso de coerción psicológica y aislamiento de las víctimas, típico de las organizaciones sectarias, generado a partir de la manipulación psicológica que se les imponía".
La fiscalía había solicitado una pena de 40 años de cárcel para Capossiello, 27 para Coronado Acurero y 17 para Fanesi.
Los tres acusados llegaron al juicio oral con prisión preventiva en distintas unidades del Servicio Penitenciario Federal, y siguieron las audiencias de manera remota.
En el inicio de este proceso, también figuraba como acusado el psicólogo Fernando Ezequiel Velázquez, pero falleció semanas atrás, mientras cumplía prisión preventiva.