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EL DIARIO digital
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Una de cal
El Concejo Deliberante de Santa Rosa avanzó en la aprobación de una decisión que es el primer paso para que los vecinos y vecinas que habitan en barrios populares de la ciudad puedan acceder a un derecho elemental: el servicio de energía eléctrica.
El anuncio había sido formulado por el intendente Luciano di Nápoli y alcanza a las barriadas de El Nuevo Salitral, El Amanecer y el Micaela García, puntos que nacieron en la capital pampeana como asentamientos cuando empezó a incrementarse de modo notable el déficit habitacional.
Para avalar la idea comunal fue necesario que la viceintendenta Romina Montes de Oca desempatara con su voto, como viene ocurriendo en la mayoría de los casos en que se ponen en discusión políticas públicas de relativa incidencia en la vida de la comunidad.
El rejunte opositor lo hizo de nuevo: los distintos sellos que conforman una suerte de resistencia al gobierno municipal decidieron darle la espalda a los reclamos de esos sectores populares.
En el caso de la UCR y el PRO lo hicieron con el rechazo liso y llano de la propuesta oficialista, mientras que la concejala de Comunidad Organizada prefirió una culposa y enroscada abstención: como sea, el rejunte opositor completo se paró en la vereda de enfrente de los pobladores de esas barriadas que celebraron la medida.
El avance en el reconocimiento de derechos ya mereció la positiva intervención de la Cooperativa Popular de Electricidad, que acordó con el municipio aspectos financieros, administrativos, económicos y técnicos de la obra: a grandes rasgos, la comuna se hará cargo de solventar el costo de las tareas necesarias para que la energía llegue al lugar, y después cada familia se hará cargo de las bajadas domiciliarias, como corresponde.
La situación que atraviesan esas personas, instaladas en esos barrios más a la fuerza que por deseos, tiene como responsables a distintos gestiones del Estado, en diversas épocas, niveles y jurisdicciones, pero si en algo consiste la acción política es en encontrar para un problema las soluciones que puedan tramarse en ese momento y en ese lugar.
Las alocuciones cargadas de palabras muy bonitas mechadas con difíciles léxicos desnudaron sobre todo el desfasaje que parte de la dirigencia política tiene con la realidad: hay ocasiones en que parece mejor dejar para otra ocasión las mezquindades y zancadillas, que indudablemente también son parte del juego político.
Los habitantes de los barrios populares no tuvieron la suerte de contar con la rápida empatía que de un día para el otro concejales opositores sí encontraron con comerciantes céntricos beneficiados por la obra de semipeatonal que se hace, pero perjudicados en el corto plazo porque -dicen- en estas semanas tienen un poco menos de ventas.
Ninguna novedad: en cada acción política, y también en cada omisión, lo que hay es un toma de posición, una mirada del mundo, una evidencia del lugar ideológico que se ocupa.
y una de arena
La movilización que se hizo en Santa Rosa para el Día de la Memoria estuvo muy a la altura de las circunstancias en las diversas dimensiones que habían generado expectativa: fue un encuentro masivo pese a que el clima no ayudó, reunió a numerosas organizaciones, se nutrió de sectores juveniles que además intervinieron en el armado y transcurrió en absoluta paz.
Casi un calco del mensaje que bajó desde el nivel nacional, donde otra vez quedó en evidencia que las movilizaciones populares en las que no hay fuerzas de seguridad dedicadas a provocar y violentar resultan manifestaciones sin incidentes y propositivas, pese al caldo de cultivo de un contexto socio-económico penoso.
La potencia de la presencia en las calles y en las plazas dejó en un muy segundo plano las pretensiones provocativas del gobierno nacional, que agitó un video con tintes negacionistas o directamente reivindicadores de algunos aspectos de la dictadura, pero que a la vez lo hizo en un tono de duda, casi culposo, como temiendo las consecuencias de ese planteo.
La aparición en redes sociales de Agustín Laje, uno de los pensadores de la ultraderecha, hizo el intento de eclipsar lo verdaderamente importante: el reclamo cada vez más masivo, impuesto sin fisuras, para que haya Memoria, Verdad y Justicia con los delincuentes de lesa humanidad que asolaron a la Argentina.
Con menos formación en el asunto, casi que confesando su precariedad argumentativa, el docente de la Universidad Nacional de La Pampa Adrián Ravier también quiso ser parte de ese juego, del modo en que se estila en estos tiempos: garabateando algunos caracteres en la red social X.
El aporte fue un tiro que salió por la culata, aunque no deja de llamar la atención que haya docentes de tamaña formación, en este caso en cuestiones económicas, que puedan estar acompañados por semejante nivel de ignorancia respecto de asuntos que se suponen fundamentales para el solo ejercicio de la ciudadanía, pero fundamentalmente para la carrera docente.
Es obvio que corren tiempos en que la pedagogía se nutre de métodos diversos y modernos, con incidencia de la tecnología y nuevas herramientas, pero mueve a lastimosa sorpresa que ante la primera consulta sobre "la verdad completa" respecto del proceso dictatorial Ravier haya sugerido profundizar en "conversaciones con el chatGPT".
Desde ya que el docente al que se alude en estas líneas no es importante en sí mismo, pero sí ha elegido un lugar social de cierta relevancia, puesto que es nada menos que número 2 de la Fundación Faro, el think tank libertario que se dedica también a la recaudación de fondos de campaña para sostener la carrera política de Javier Milei.
Además de esta involucrada en la criptoestafa, esa fundación está dedicada a la creación de ideas, climas y maniobras que beneficien el crecimiento de LLA, e incluso es público que Ravier quiso ser candidato a diputado nacional en 2023 y se quedó con las ganas, y que no se descarta que pueda postularse en el turno de octubre.