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EL DIARIO digital
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Una de cal...
El intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, anunció en la semana que se fue una noticia esperadísima por los barrios populares de la capital provincial: al fin aparece financiamiento para las obras necesarias para que la energía eléctrica llegue a vecinos y vecinas de El Nuevo Salitral, El Amanecer y el Micaela García.
La comuna desembolsará $370 millones que, dijo di Nápoli, son el fruto de haber ordenado al municipio también desde el punto de vista financiero, lo cual le permite el manejo de fondos de los que antes no disponía, y por lo tanto la concreción de políticas públicas que requieren inversiones cuantiosas.
El reclamo de esas barriadas, que nacieron como asentamientos en la patética época en que el macrismo dejó de construir viviendas para los sectores populares, encontró finalmente una respuesta, que según lo comprometido permitirá que en un lapso de 9 meses a partir del inicio de obras en abril, esos sectores de la ciudad cuenten con el servicio como el resto de la ciudadanía.
El intendente definió esa política como "un claro ejemplo de justicia social", lo cual también constituye un modo de posicionarse en un tiempo en el que el gobierno nacional libertario interpreta, por ejemplo, que esa sola expresión es una "aberración", así como repudia el legado de Eva Duarte de Perón con su enseñanza de que donde hay una necesidad, nace un derecho.
El anuncio le permitió al municipio, además, contrarrestar las críticas que podían caerle por su anticipo de que un monto similar se invertirá para refaccionar el microcentro de la ciudad: ese embellecimiento y modernización terminó causándole a la gestión local algunos dolores de cabeza, porque no sólo disparó las ya sabidas críticas de la oposición, sino la queja paradójica de algunos comerciantes alcanzados por la obra que en el mediano plazo los beneficiará.
El rejuntado de la oposición local no tiene problemas en seguir ubicándose en el lugar de máquina de impedir y tiene tal nivel de resistencia a las políticas oficiales que por momentos se siente cómodo pataleando contra lo que venga: la ristra de sus cuestionamientos incluyen la RTO, las obras en el microcentro, el compre cooperativo o las obras para los barrios populares, todo va a parar a la misma bolsa.
En el caso de la obra para los barrios populares -a los que los bloques legislativos opositores se empeñan en llamar "asentamientos" para dar a entender que quienes allí residen no tienen los mismos derechos que el resto de santarroseños y santarroseñas- es notable el modo en que la UCR, el PRO y Comunidad Organizada se sacan de encima responsabilidades de su accionar político, cuando avalaron a un gobierno nacional que ignoró y discriminó a la provincia, terminó con políticas populares y mintió cada vez que prometió.
y una de arena
Hoy hay nuevos ejemplos de ese proceder, bajo la lógica de que el tiempo lo tapa todo y en un mundo apurado que se nutre de fake news es más fácil tapar los hechos: el PRO, llegado al Congreso Nacional como un partido "opositor" a Javier Milei, le tiende una alfombra roja para que haga lo que se le antoje, no ya con su gestión de gobierno sino mucho más allá también.
La senadora Victoria Huala, que posiblemente seguirá llenándose la boca con sus diatribas "republicanas" en contra de la corrupción y a favor de la transparencia, aportó su voto clave para salvar a Milei de que se lo investigue por la criptoestafa que lo tiene en las primeras planas de los medios serios del mundo.
El vergonzoso proceder del partido amarillo, en complicidad con los radicales que se pintan de violeta, más algunos dirigentes que siguen siendo referencias del supuesto peronismo, es parte fundamental del país que va a quedar cuando La Libertad Avanza concluya su mandato: esa herencia no será sólo económica sino también moral, por utilizar un término que tanto acuñan esos mismos dirigentes cuando confrontan contra otros espacios políticos.
En el caso puntual de la comisión investigadora que se propuso en el Senado, y que no logró hacerse realidad por un voto, el radical Daniel Kroneberger no se comportó como sus socios de Juntos por el Cambio y votó a favor de que se investigue, pero no ha sido ese su proceder general.
Lo mismo cabe para los diputados nacionales Martín Maquieyra y Martín Ardohain, reconvertidos en integrantes del club de fans de Milei, y votando sucesivamente no sólo en contra del interés ciudadano para quedar bien con el gobierno, sino también a contramano de los intereses de la provincia a la que representan.
La radical Marcela Coli tuvo claramente otro comportamiento político y no se vio encandilada por las luces de la Casa Rosada que convirtieron en "héroes" a los ajustadores de jubilados y jubiladas.
La pobreza, la indigencia, la desindustrialización, el ataque al federalismo y al cooperativismo serán parte de lo que quedará cuando todo esto pase, pero además los cómplices libertarios disfrazados con ropas de otros partidos están permitiendo que germine, como fruto de la llamada "batalla cultural", un nuevo mundo en el que reinen el individualismo, el egoísmo, el sálvese quien pueda, la mentira y la ficción.
Hasta la "entrevista" intervenida de modo bochornoso y caricaturesco por Santiago Caputo dejó en evidencia cuál es el "nuevo escenario", eso que llamaban "el cambio", y que en la cruda realidad implicó un retroceso en derechos conquistados, una reducción de la calidad de vida de sectores populares y trabajadores, y una mirada oscura sobre el futuro, caracterizada también por peligrosas faltas de libertades.