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EL DIARIO digital
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Una de cal
Las cooperativas de la provincia destacaron en la semana que se fue la decisión judicial que dio por tierra, el menos de modo provisorio, con una resolución del gobierno de Javier Milei que pretendía impedir que las entidades solidarias incluyeran en su facturación servicios públicos como el alumbrado.
Aunque parezca inverosímil, la misma gestión que se golpea el pecho diciendo que desregula para generar una economía libre y salirse de la burocracia, pretendió imponer una traba al funcionamiento cotidiano de las empresas solidarias, complicándoles también con esa medida su subsistencia diaria.
No es una novedad el ataque de La Libertad Avanza no sólo hacia las cooperativas, sino en general a todo lo que implique organización colectiva en búsqueda de algún bienestar común: agrupaciones de cualquier tipo, clubes, asociaciones, centros barriales, son víctimas de la motosierra que detesta los "colectivismos" y ensalza el libre mercado y el individualismo a destajo.
El presidente de la Federación Pampeana de Cooperativas (FePamCo), Jorge Páez, definió con criterio una de las razones de la embestida: la ignorancia absoluta que el gobierno nacional tiene respecto del real funcionamiento del movimiento cooperativo en la provincia.
Ese analfabetismo total sobre el tema se nutre, para afrontar la problemática, de cuanto prejuicio ande dando vueltas y lo mete en la misma bolsa de la "currificación" en que ese cardumen liberalote manda a parar todo lo que no entiende, porque en su mirada del mundo no puede comprenderse que haya actividades que no implican rentabilidad o negociado económico.
La medida que tomó el juez Juan José Baric es en ese sentido oportuna y ejemplar, y se repitió no sólo en otro caso en nuestra provincia, en beneficio puntual de la Cooperativa de General Pico, sino también en otros puntos del país.
La ofensiva que soporta el movimiento cooperativo pampeano es la misma que pone en aprietos a otros sectores productivos y sociales de la patria, porque la "batalla cultural" que encabeza el presidente que se siente un topo para destruir el Estado desde adentro implica justamente el colapso de todo aquello que sea ejemplo de que la humanidad puede organizarse de modos que no sean necesariamente los del capitalismo extremo.
Por ese mismo motivo arreció en las últimas semanas la versión de que LLA estudia ponerle una frutilla a su postre anticooperativo, y que sería la directa eliminación del organismo histórico que supo dar oxígeno al sector, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).
y una de arena
Entre las medidas de la gestión nacional que dañan a la población y castigan aquello que fue incorporado como derecho, se cuenta esta semana que se fue una que es contundente e icónica en ese sentido: el cierre de la Secretaría de Hábitat y Vivienda, que así como fue repudiado por el gobierno pampeano fue festejado con bombos y platillos por el poder libertario.
Tampoco es un secreto: la acometida libertaria contra los espacios ganados por los sectores populares y trabajadores viene acompañada de una morbosa alegría, que ratifica lo que muy prontamente describió el escritor Martín Kohan al caracterizar el clima de época: "la crueldad está de moda".
Es el mismo gobierno que ni bien pisó la Casa Rosada desechó la obra pública como mecanismo que integra al país, revitaliza la actividad económica y mejora la calidad de vida de las sociedades: esa realidad derivará más temprano que tarde en situaciones dolorosas nacidas de la falta de infraestructura y mantenimiento en rutas, puentes y edificios.
La gestión libertaria juega a que las viviendas sociales podrán ser construidas sin su interés ni intervención, por sectores privados o provincias cuyos presupuestos apenas le permiten la subsistencia.
Y mientras tanto, de modo ilegítimo y que en otro tiempo u otro lugar sería escandaloso, Milei manotea fondos que no le corresponden (y este artículo no habla del escándalo de las criptomonedas): ya se apropió, por ejemplo, de más de $100.000 millones que eran de La Pampa, pero que prefirió quedarse en los bolsillos nacionales para pagar deuda externa o facilitar medidas en beneficios de los sectores históricamente enriquecidos.
Además de la crueldad y la manía de mentir de modo estrafalario en cada intervención pública; además de la tendencia autoritaria y de comportamientos a veces rayanos en el delirio; además de la evidencia de episodios escandalosos de corrupción, caracteriza a la gestión libertaria su fanatismo centralista y su accionar tomando en cuenta los comportamientos y pensamientos del AMBA, ignorando de modo rotundo lo que sea genera, se piensa o se siente en el país profundo.
Milei, que ya ha gastado suculentos dineros en sus viajes de dudoso interés público a distintos puntos del exterior para practicar su tilinguería y cholulismo, poco y nada conoce de la Argentina: no tiene la menor idea de qué es La Pampa, qué hay en este territorio, qué sueñan o padecen las personas que aquí viven.
Milei avanza en estos sentidos convencido no sólo por su ideología y alentado por la mirada sesgada de lo que ocurre, sino también con el respaldo siempre fruto de la conveniencia que le dan los grandes medios del establishment porteño y que se replica con fuerza en las redes sociales.
Esa maniobra comunicacional, estudiada lo suficiente como para demostrar la inteligencia que se ha puesto en el mundo para el triunfo de los discursos de odio, permite que diversos sectores repitan y a veces crean genuinamente que el gobierno nacional todavía tiene un "apoyo" para este tipo de políticas, asunto que no consta tan explícitamente y que en todo caso ya tendrá que ser demostrado en los ámbitos que corresponda.