El rol del Estado: ser o no ser, esa es la cuestión
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EL DIARIO digital
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Una de cal…
La falsedad del mito de que La Pampa es una "isla" aparece cuestionada cada tanto por algunos hechos que despegan la realidad de nuestra provincia de otras jurisdicciones del mismo país.
La leyenda según la cual en este territorio la vida es exclusivamente bondadosa ya ha sido derribada por la historia, y estas líneas han puesto especial énfasis, de modo sistemático, a voltear esa fábula, a veces repetida hasta el hartazgo con intereses políticos.
Sin embargo, la farsa y la superstición en ocasiones cuentan a su favor con algunos datos del contexto que facilitan que se agite esa comedia: en la semana que se fue el índice oficial indicó que la desocupación bajó en Santa Rosa-Toay hasta ubicarse en el 7% durante el tercer trimestre del año.
Los datos del INDEC, que es el que mes a mes difunde el esperado índica de inflación, no se vienen caracterizando por su credibilidad, y también señalan una caída del desempleo en el nivel nacional.
Un poco más cerca de lo que pasa en la vida cotidiana, el gobierno provincial decidió darle aire otra vez a la Bolsa de Empleo, un programa relanzado ante la evidencia de que se perdieron 3.000 puestos laborales.
El secretario de Trabajo Marcelo Pedehontáa reveló que en el último mes se registraron más de 150 procedimientos por desvinculación en las delegaciones de la provincia, sin tomar en cuenta los datos que no quedan formalizados porque los despidos se producen de modo consensuado.
Aún bajo esas circunstancias, es milagroso el modo en que algunos sectores de la economía se empeñan en generarse esperanzas para seguir mirando al futuro, al menos según lo cantan algunas encuestas como la que se hizo entre industriales de la provincia, que destacan los actuales resultados macroeconómicos y se permiten cierta expectativa positiva.
La presencia estatal en la actividad pampeana ha permitido ciertos alivios a la debacle que es consecuencia del modo que eligió el gobierno de Javier Milei para bajar la inflación y asegurarse el "déficit 0", a costa de la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la población.
El nivel salarial, aún despertando reclamamos sindicales; la apuesta a que se sostenga el consumo, ya sea con promociones del Banco de La Pampa o con actividades que se promueven desde distintos niveles estatales; una relativa continuidad de cierta obra pública, han permitido hasta ahora que los pesares y las sombras da le recesión y la pobreza se disimulen un poco.
Lo cual no quiere decir, desde ya, que La Pampa pueda ser una isla.
…y una de arena…
El Concejo Deliberante fue escenario en la semana que se fue de la traba institucional que la semana anterior había sacudido a la Legislatura provincial: a la Municipalidad le fue imposible tener discutido y aprobado el presupuesto del año que viene porque los partidos que le hacen oposición al peronismo prefirieron no dar quórum.
El radicalismo, el PRO y Comunidad Organizada tienen facilidad para motorizar ese rejunte cuando se trata de unificar una postura "anti", aunque después les cueste sostener esa misma unidad con alguna perspectiva "a favor de", o que proyecte iniciativas y políticas públicas: no es ningún secreto que ponerse en contra es más sencillo que gestar y construir.
De todos modos el oficialismo llegó a la sesión especial sabiendo que esa regla de juego está vigente, e incluso calculando que podía ser una posibilidad, quizá porque en el fondo sus principales espadas estaban sabiendo que el reclamo que se escuchó desde la otra vereda no había sido atendido.
Con la bandera de la "transparencia", que es la misma palabra que el radicalismo hizo escuchar en la Legislatura provincial para entorpecer la licitación del área Medanito, en el cuerpo legislativo local la UCR y sus socios transitorios reclamaron conocer al detalle la estructura del costo de los servicios, gusto que el peronismo no concedió, al menos todavía.
Esa razón para no ocupar las bancas, que fue prontamente calificada como mera excusa por el oficialismo, ratifica la sensación de que a veces la UCR, el PRO y el tiernismo prefieren convertirse en máquina de impedir, también por cuestiones de política partidaria que tendrán el año que viene su máxima exposición, con el lanzamiento del período preelectoral de las legislativas.
En ese contexto resultó todavía más penoso que la discusión disparara hacia el "chicanismo": aparecieron reproches de otro tipo, que si bien requieren de una mirada institucional, una revisión por parte de los actores del Concejo e incluso un debate interno, lucen como puro barro cuando saltan a la opinión pública en formato de sainete y show.
El faltazo de las concejales a una importante reunión de comisión para irse a un recital musical, las vacaciones del principal concejal del PJ y otros asuntos de su estilo no son precisamente la materia más importante del organismo en el que se desenvuelven, ni mucho menos el interés primordial de ciudadanos y ciudadanas que esperan soluciones a sus problemas.
De un lado y del otro, también con una deseable participación del Ejecutivo, el Concejo se debe una mirada en el espejo para tratar de ponerse a la altura de las expectativas de quienes lo consideran un ámbito imprescindible de la vida democrática.
