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EL DIARIO digital
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Una de cal
El gobierno nacional finalmente abrió la puerta que de distintos modos venía negándole a La Pampa: el ministro de Economía Luis Caputo recibió al gobernador Sergio Ziliotto y firmó el acta que institucionalizado de modo más o menos definitivo la deuda que la gestión libertaria tiene con nuestra provincia.
El documento detalla los distintos ítems por los cuales la presidencia de Javier Milei se quedó con unos $80.000 millones que se convertirían en $190.000 si el año que viene no se modifican las insólitas condiciones en que La Libertad Avanza ejercer el poder, pisoteando el federalismo y discriminando especialmente a provincias como La Pampa que se han atrevido a defender sus derechos.
Ziliotto dejó bien aclarado que la negociación no implica una renuncia a alguno de los reclamos que hace La Pampa, y que no sólo se han expresado política y públicamente, sino que también están presentados ante la Corte Suprema de Justicia.
La situación reafirma lo que la Provincia viene planteando cada vez que puede: no se niega a la posibilidad de un diálogo con Nación, mucho menos de una negociación en la que le sea reconocido lo que se le está quitando, sino que lo que existe es un estilo libertario muy definido de no atender a quienes no se considera como parte de la tribu.
A partir de este momento, habrá 60 días en los cuales las partes trabajarán en una comisión específica para consolidar la deuda: todavía es un misterio qué ofrecerá la Nación en cuanto a modos y plazos del pago, pero La Pampa ya está acostumbrada a percibir ese tipo de acreencias de modo alternativo, como por ejemplo con bonos.
Para llegar a este punto, La Pampa puso sobre la mesa algunas características que la hacen distinta a otras provincias a nivel nacional: es, por ejemplo, una jurisdicción que no tiene deudas y que sostiene de modo sistemático un equilibrio fiscal, dos aspectos que la gestión de LLA considera virtudes.
Amén de ser una provincia bien administrada, La Pampa también tiene otras particularidades que es dudoso que un gobierno noliberal pueda llegar a interpretar como positivas: la presencia y participación estatal no sólo en aspectos tradicionales como la Salud y la Educación, sino también en empresas como el Banco de La Pampa o Pampetrol u organismos descentralizados que se encargan de la Vivienda, o de la Televisión Pública son ejemplos de una postura que descree de la biblia que repite en modo loro que la economía se salva a partir de la mano invisible del mercado.
Sobre esos asuntos, mientras usaban sus lapiceras, Caputo y Ziliotto esta vez no hablaron: cada uno de ellos sabe bien quién es el otro, y no es casualidad que en las fotos al gobernador pampeano no pudieran sacarle una sonrisa y apareciera rubricando el acta muy a cara de perro.
y una de arena
En la Legislatura provincial, el acuerdo que se venía tejiendo y cocinando para que se habilitara una licitación por el área petrolera Medanito quedó frustrado, en medio de conductas por lo menos ambiguas, en buena parte extrañas y que no han sido explicadas ni por sus propios protagonistas.
El gobierno se jugó a que la sesión extraordinaria permitiría avanzar, a partir de que sectores opositores dieron su aval inicial: ya esa alianza sonaba contra natura, puesto que el oficialismo aspiraba a arreglar con el PRO, una fuerza con la que ha podido entablar pocos consensos y que durante el año coqueteó más con el poder libertario que con sus propios socios de Juntos por el Cambio.
Si en algún momento pareció que la discusión seria y madura podía derivar en que la ley saliera con modificaciones atendiendo los planteos de las distintas partes, el final de la historia fue todo lo contrario: quedó todo roto, para resumirlo de alguna manera, puesto que el PRO no sólo recibió palazos radicales y devolvió gentilezas, sino que además torpedeó a Comunidad Organizada y ni siquiera pudo garantizar su propia unidad.
Más allá de la disputa más politiquera y de los legítimos intereses partidarios, el fondo de la cuestión asoma como lo más inquietante: había coincidencia institucional en que el trámite licitatorio debía ser apurado, según lo plantearon no sólo el gobierno provincial sino la propia Municipalidad de 25 de Mayo, gobernada por un intendente del PRO.
No se sabe entonces hasta qué punto jugaron las mil y una internas que hay en los distintos bandos: la nueva grieta del PRO se suma a los planteos sugestivos que se vienen escuchando dentro del propio PJ, donde desde hace tiempo es advertida la falta de entusiasmo de algunos diputados y diputadas por pelear a fondo por los proyectos que el Ejecutivo considera como imprescindibles.
En ese contexto, otras fuerzas juegan a arriar agua a su molino desde los márgenes: el tiernismo ya se sabe que sostiene ese estilo y metodología desde hace tiempo, con más razón en este tiempo de coqueteo libertario en que enarbola la bandera de que todo Estado es sucio, feo y malo.
El radicalismo se plegó a quienes la miran desde afuera, como si no tuviera responsabilidades: aunque preside la comisión que analiza el tema y no convocó a su tratamiento, lo que hizo fue cuestionar los presuntos pactos "entre gallos y medianoche" pese a que el gobernador puso a la oposición en conocimiento de esta situación el 1 de marzo y la invitó a sumarse a los estudios del tema en el mes de mayo, para encontrar respuesta recién en octubre.
El chisporroteo politiquero seguirá su camino, pero mientras tanto la realidad del asunto de fondo sigue siendo la misma: no hay definición y se ahuyenta la posibilidad real de nuevas inversiones.