Opinion

La racionalidad y búsqueda de diálogo, contra la violencia política como arma

El gobierno provincial presentó su presupuesto y admitió cuestionamientos opositores, mientras el gobernador mostró su afán de negociar con Nación para que le den a La Pampa lo que le corresponde; pero desde los medios y espacios libertarios se agitan la agresividad y las puestas en escenas filofascistas, un peligro para el sistema democrático.

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EL DIARIO digital

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Una de cal…

El gobierno provincial dio durante la semana que se fue varias muestras de racionalidad, en una época donde esa característica ni siquiera parece una virtud, y fundamentalmente en las áreas económica y financiera.

El paso de los equipos ministeriales por la Legislaturas provincial fue veloz, pero también permitió que cada cartera brindara explicaciones y respondiera consultas e interrogantes de parte de diputados y diputadas de la oposición.

Asomaron exposiciones coherentes con la primera postura del gobernador Sergio Ziliotto, que a grandes rasgos indicó que el presupuesto previsto para el año que viene se caracteriza por su "estrechez financiera": a partir de esa máxima, cada Ministerio tuvo que hacer números, sacar cuentas y determinar prioridades, que en algunos casos implicó por ejemplo menor cantidad de recursos que en años anteriores.

También se puso en evidencia una realidad: el gobierno nacional no sólo desdeña a las provincias con prácticas que pisotean el federalismo y retacea fondos a todas, sino que además discrimina especialmente a La Pampa por la identidad peronista de las autoridades elegidas por el pueblo y por la firme postura de soberanía política.

Los ministros de Hacienda Guido Bisterfeld y de Salud Mario Kohan coincidieron en alertar sobre el impacto dañino del tremendo aumento de precio de los medicamentos, que golpea sobre quienes menos tienen y también sobre la obra social estatal, SEMPRE, que a todas luces puede volverse inviable si no hay cambios en las políticas de fondo.

La otra gran alerta sacude al área de Desarrollo Social: el ministro Diego Álvarez expuso la crueldad de la situación, que si no existiera el salvavidas de la Provincia sería una tragedia más potente, inadmisible en un país que tiene alimentos para más de 300 millones de personas, pero que tiene que luchar contra la emergencia alimentaria de sus propios habitantes.

Esa realidad es consecuencia de inequidades de largo tiempo, incompetencias políticas, deficiencias estructurales, pero ahora se suma la novedad de que también es resultado de la ideología: el gobierno nacional no considera que el Estado deba apaciguar el hambre, porque todo debe resolverlo el mercado, y porque considera que la justicia social es una aberración.

Mientras las autoridades ministeriales desfilaban en la Legislatura, fue todo un hecho político que el gobernador Ziliotto apareciera en Casa Rosada, con funcionarios que manejan el área de negociación con las provincias.

En el encuentro, difundido con foto y todo, La Pampa expuso lo que esboza y reclama desde hace tiempo: por un lado, el reclamo de la multimillonaria deuda que el gobierno de Javier Milei tiene con los habitantes de la provincia; por otro, la posibilidad de que el PROCREAR continúe construyéndose en nuestro territorio si Nación deriva fondos.

Como analizó el gobierno provincial de manera posterior al encuentro, que de todos modos no tuvo todavía resultados positivos, La Pampa dejó demostrado por medio de su principal autoridad política que busca el diálogo para llegar a buen puerto y para que simplemente se le reconozca lo que le corresponde: eso reclamaban a viva voz dirigentes opositores y en voz un poco más baja incluso dirigentes del propio PJ pampeano.

...y una de arena…

En contraste con esos reclamados puentes entre quienes piensan distinto -lo que alguna vez se bautizó como "diálogo, consenso y coso"- el gobierno libertario aprovecha la impunidad de que goza en todo sentido para seguir violentando el clima político, con la complicidad de múltiples sectores, incluyendo a la mayoría de los medios del establishment y de la dirigencia política.

Bienvenido sea que la diputada nacional del radicalismo pampeano Marcela Coli haya sido una de las que advirtió sobre la inaceptable "agresividad" del sector bautizado como "Las Fuerzas del Cielo" y que apostando a generar terror se presentó a sí mismo como "la guardia pretoriana" del presidente y como "el brazo armado" de Javier Milei.

La legisladora hizo una comparación que no es fruto del azar ni de la exageración: indicó que la "violencia generalizada" de la militancia libertaria, sumada a su afán de generar miedo, le recordó los tiempos de la dictadura, en un contexto en el que además son descarados los ataques al periodismo y hay muestras suficientes del incremento de la violencia institucional y de las prácticas represivas en manos de fuerzas de seguridad.

Tampoco es tan llamativo que la estética fascista de ese acto de "Las Fuerzas del Cielo", complementada con discursos e ideas también filofascistas, se haya impuesto como el estilo oficialista, puesto que tanta o más violencia que esa vienen mostrando otras autoridades, y en especial el propio presidente Milei.

El silencio de otras fuerzas políticas, y la aparente relativización del propio peronismo sobre lo que significa esa andanada, resultan riesgosos porque se desnuda que ni las fuerzas partidarias de la democracia tienen claro el peligro que corre el sistema tal como lo conocemos hasta hoy, jaqueado por un naturalizado cóctel de ilegalidades, falsas noticias e intimidaciones.

Todo eso, además, después de que hubiera que lamentar inolvidables episodios de muertes a manos de armas de esas fuerzas de "seguridad", algunas de ellas exacerbadas por la actual ministro Patricia Bullrich como prácticas ejemplares, al punto de elevarlas al rango de "doctrina", como ocurrió en el llamado Caso Chocobar.

Tampoco puede olvidarse que en ese clima de violencia política agitado también por la prensa autobautizada "independiente", una expresidenta estuvo a milímetros de la muerte, y que ese intento de asesinato, lejos de ser esclarecido en su totalidad, entró en un verdadero cono de sombras cuando en el desarrollo del expediente judicial empezaron a aparecer nombres, apellidos y cuentas bancarias que podían evidenciar de dónde salió la idea y quién pudo financiarla.

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