Opinion

Los salarios que pelean contra la inflación y la necesidad de corregir un rumbo perdido

La semana que queda atrás dejó algunos temas que en el corto plazo tendrán repercusiones. La tregua con los estatales no será por mucho tiempo y la conjunción entre lo público y lo privado no siempre funciona en piloto automático.

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EL DIARIO digital

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Una de cal...

Los gremios estatales y el Gobierno Provincial volvieron a dar una muestra de madurez a la hora de discutir los salarios y cerraron el semestre con un principio de acuerdo, en un escenario cada vez más crítico tanto desde el punto de vista político, como económico y social.

Sin embargo, la tregua no parece que será muy larga. Los representantes de los trabajadores dejaron en claro que los salarios ya perdieron un 51%, en tan solo medio año, con respecto al fuerte proceso inflacionario que golpea al país; y que necesitan achicar esa brecha.

La paritaria estatal se retomará, según lo que está previsto, el próximo 10 de julio, cuando se reanude el cuarto intermedio que acordaron las partes.

La situación de las arcas provinciales parece cada vez más comprometida. A la deuda de unos 40 mil millones de pesos por parte de las retenciones indebidas que hace el Gobierno Nacional, hay que sumarle el golpe que podría asestarle si, tal como amenazan los libertarios, la Cámara de Diputados decide retocar lo que aprobó el Senado y facilitar el paquete fiscal tal como lo quiere el presidente Javier Milei.

La aceptación del pedido de recategorizaciones automáticas por antigüedad fue bien recepcionada por la Intersindical. Lo mismo pasó por el lado de los docentes con la propuesta de empezar a discutir el nomenclador básico de funciones.

Pero a su vez, los gremios consideran que es insuficiente para equilibrar el bolsillo de los trabajadores. Creen que la solución debería llegar de la mano del propio gobernador Sergio Ziliotto, y de su equipo de gestión, ya que tienen en claro que el brutal ajuste que baja desde el Gobierno Nacional los ubica como blanco predilecto.

El planteo concreto es que las autoridades locales agudicen el ingenio para hacer frente al impacto del aumento de los alquileres, los alimentos, los combustibles y el resto de las actividades que condicionan y deterioran la vida cotidiana de los asalariados.

Los sindicalistas también pretenden que se empiece a discutir la "riqueza mal distribuida" que además "se va de la provincia". Los sectores apuntados son, concretamente, el financiero, el juego, los hipermercados, el petróleo y los dueños de las grandes extensiones de tierras, entre otros.

No es fácil discutir los salarios con una inflación que, más allá de la celebración de la gestión presidencial, ronde entre el 5% y el 7% mensual. La pobreza recruduce y sigue por encima de los peores niveles que se conocieron incluso durante el macrismo y el albertismo. Hay trabajadores formales que son pobres, que ni siquiera llegan a cubrir la canasta básica.

La situación puede asemejarse a la que heredó Néstor Kirchner hace unos 20 años, cuando los salarios habían quedado planchados. La solución de aquel momento conocida. Sin embargo, está clarísimo que ahora el Gobierno Nacional no se encamina en ese sentido. El salario mínimo vital y móvil, que hasta 2015 significaba el 70 por ciento de la canasta básica total, hoy representa tan solo una cuarta parte. 

... y una de arena

La crisis edilicia y administrativa que caracterizó casi desde siempre al colegio privado santarroseño Santo Tomás, pero que se ocultó durante muchos años bajo la alfombra, terminó de explotar públicamente durante la semana pasada.

Fue luego de que un grupo de padres y madres acercara a este diario una serie de fotografías y videos del estado calamitoso en el que reciben su aprendizaje a diario los alumnos y alumnas del Secundario, cuya sede funciona en el Club Belgrano.

De todos modos, el resto de los edificios que alquila la Fundación que maneja toda la institución educativa, tanto en nivel Inicial como en Primaria, no desentonan en cuanto al estado deplorable.

Por ahora, las autoridades del Ministerio de Educación mantienen un riguroso silencio que, como se sabe, es la peor opinión. La actual responsable de la cartera educativa no solo conoce de cerca lo que ocurre en esos establecimientos, sino que además tiene toda información extra porque uno de los principales antecedentes laborales en su curriculum personal lo obtuvo allí.

La paradoja de lo que suele ocurrir a veces con los bienes del Estado también encaja en este caso: la sede que hoy es propiedad de un club privado, en algún momento fue de la Provincia y cambió de manos por una donación.

El Colegio Santo Tomás, con todos los problemas a cuesta, tiene una matrícula que roza los 800 alumnos. No es menor el aporte que realiza desde ese punto de vista a una estructura pública que cada vez recibe más demanda.

Tampoco es poco el aporte que realiza el Gobierno Provincial, y que se hace cargo de la mayoría de los sueldos de los docentes, salvo algunas excepciones. Es, como le gusta decir a los actuales administradores de la provincia, una conjunción entre lo público y lo privado, pero que en este caso necesita una mirada responsable para corregir el rumbo.

Ese camino sí lo encontró el Estado, por ejemplo, con la prestación del servicio de Salud. Durante la semana pasada se puso en marcha el Programa de Complementación y Fortalecimiento del Sistema de Atención Sanitaria, cuyo objetivo es que los subsectores público y privado desarrollen un trabajo coordinado dentro de la Red Provincial de Salud.

Para encontrar un antecedente similar hay que retomarse a los tiempos de la pandemia del coronavirus. La apuesta también significa una especie de rescate para un sector privado en crisis. Ahora, todos aquellos centros asistenciales habilitados para prestar servicio de internación, en el marco de lo establecido por las normas provinciales y nacionales vigentes, se verán favorecidos por este programa.

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