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EL DIARIO digital
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El candidato a la Presidencia uruguaya por el Partido Nacional (PN), Álvaro Delgado (55), quien enfrentará el domingo en segunda vuelta a Yamandú Orsi, del Frente Amplio, siempre disfrutó de montar a caballo, incluso se recibió de veterinario, pero su gran vocación la encontró en la política y hoy es la carta de continuidad para la coalición que gobierna Uruguay desde hace cinco años.
Nació el 11 de marzo de 1969 en Montevideo; se crió en el asfalto de la capital uruguaya aunque siempre tuvo un pie en el medio rural, bastión histórico del PN.
Recuerda los veranos en el balneario Atlántida casi dándole la espalda a la playa y optando por alquilar un caballo para salir a cabalgar.
"No debe haber cosa más liberadora, más oxigenante, más linda, con más sensación de libertad que salir a andar a caballo solo", reflexionó Delgado en una entrevista con la revista Galería del semanario Búsqueda.
Con 16 años asistió a un acto político del carismático caudillo del PN, Wilson Ferreira Aldunate, recién liberado de la cárcel, algo que fue "tocar el cielo con las manos" y que marcó su futuro político.
Dudó en seguir la carrera de Derecho o Veterinaria y optó por la segunda porque "mi familia está vinculada al campo y me decidí por lo que me gustó siempre", egresando de la Universidad de la República en 1995.
Como profesional trabajó en la certificación de la producción cárnica y en establecimientos rurales, mientras hacía tiempo para volcarse a la militancia en el PN.
En 1997 contrajo matrimonio con Leticia Latelaude, que suele acompañarlo a los actos, con la que tuvo tres hijos, Agustina, Felipe y Pilar, hoy de 25, 23 y 21 años, respectivamente.
Como Inspector General de Trabajo del ministerio de Trabajo (2000-2004), se vinculó con sindicatos y empresarios y agudizó su capacidad de diálogo y articulación.
Fue electo diputado por el PN en 2004 y en 2009 fundó con el presidente Luis Lacalle Pou (2020-2025), el sector Aire Fresco como un grupo de renovación en el PN.
Apuntalado por Delgado, cinco años más tarde, en 2014, Lacalle Pou peleó por la presidencia en un balotaje y una década después alcanzó el Gobierno.
Arrasó en las internas del PN en junio y en las elecciones del 27 de octubre quedó segundo, con el 26,7 por ciento de los votos, por detrás de Yamandú Orsi del opositor izquierdista Frente Amplio (FA), con el 43,8.
Se declara católico y en el fútbol, otra religión en Uruguay, aficionado del club Peñarol.
Va "poco" a misa, y "a veces" reza "solo, antes de dormir".
Delgado fue secretario de la Presidencia desde el primer día del Gobierno de Lacalle y fue su "jefe de gabinete".
En los peores momentos de la pandemia gestionó y actuó como vocero de primera línea.
"Es intransferible la experiencia de gobernar. Además, la experiencia de gobernar con pandemia, con crisis, con sequía", resumió en una entrevista con el diario local "El País".
Practica boxeo para desconectarse por ser "un buen catalizador de ansiedad".
Su actividad política le generó muchas horas de ausencia en el hogar y reconoce que "esos momentos en los que tuviste que estar y no estabas, no vuelven" sabiendo que los hijos "lo sufren en soledad".
Delgado confía en afianzar las políticas de Lacalle Pou de desarrollo económico con equilibrio fiscal y preservando las políticas sociales y en un nuevo mandato impulsar un segundo nivel de transformaciones.
Quiere que lo recuerden como que "cuidó a la gente" y "ayudó a que el Uruguay sea un mejor país, el mejor país de América Latina".