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Militares y fuerzas de seguridad retomaron el control de los edificios gubernamentales en Brasilia

Los edificios tomados fueron desalojados por las fuerzas de seguridad. Al menos 400 personas fueron detenidas por participar de los actos golpistas de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro.

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EL DIARIO digital

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Las fuerzas del Gobierno brasileño retomaron el control de los edificios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial que habían sido tomados por seguidores bolsonaristas que promueven un golpe de Estado para derrocar al presidente Lula da Silva a una semana de su asunción.

Al menos 400 personas fueron detenidas por participar de los actos golpistas de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, que invadieron la casa de gobierno de Brasil, el Congreso y la sede de la Corte Suprema, luego de que la Policía recuperara el control general de la situación. 

"Vengo a informar que más de 400 personas fueron detenidas y pagarán por los crímenes cometidos, trabajamos para identificar a los que participaron de los actos terroristas", aseguró el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha.

Los detenidos fueron llevados a las sedes de la Policía Civil (investigaciones) de Brasilia.

Fuentes de esa fuerza dijeron que varios ómnibus con detenidos que habían participado de los actos de vandalismo en la invasión a los edificios públicos fueron llevados a las comisarías de la capital.

De acuerdo a medios locales, el interior del Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto fueron desocupados luego de una operación que contó con la tropa de choque y el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros, convirtiendo Brasilia en una plaza de guerra a raíz de la acción de los seguidores de Bolsonaro, que piden un golpe de Estado.

Policías y militares, en algunos casos con la utilización de gases lacrimógenos, y tanto caballos, como móviles y medios aéreos retomaron los edificios que habían sido ocupados por cientos de simpatizantes radicalizados, los cuales causaron destrozos de instalaciones y mobiliarios.

En primer lugar se logró retomar la sede de la Suprema Corte Federal, después el Congreso y por último el Planalto, la sede del Ejecutivo. 

Poco antes, el presidente del Congreso de Brasil, el senador Rodrigo Pacheco, había pedido castigar de forma "urgente" y con el "rigor de la ley" a los radicales bolsonaristas.

"Repudio vehementemente estos actos antidemocráticos, que deben sentir el rigor de la ley con urgencia", afirmó Pacheco, en un mensaje publicado en sus redes sociales.

El senador informó que estaba en "contacto permanente" con el gobernador Rocha, quien le aseguró que "está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial" para "controlar la situación".

"En la acción, están empeñadas las fuerzas de seguridad del Distrito Federal, además de la Policía Legislativa del Congreso", añadió Pacheco.

Por su parte, Rocha le pidió "disculpas" a Lula por el fracaso del operativo de seguridad que organizó el recién despedido secretario de Seguridad Anderson Torres, ex ministro de Justicia de Bolsonaro, cuya detención pidió el Gobierno al Supremo Tribunal Federal por haber permitido el ataque y la invasión de los edificios públicos liberando la zona de los delitos.  

La solicitud, hecha por la Abogacía General de la Unión (AGU), incluye también que el STF determine el cese de la ocupación de los manifestantes de la puerta de los cuarteles en los cuales piden al Ejército dar un golpe de Estado contra el presidente para reponer a Bolsonaro.

Según la prensa local, Torres se encontraba este domingo en Orlando, Estados Unidos, junto al exmandatario derechista.

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