Fue sepultado este lunes al mediodía en el Cementerio Parque. Un cortejo de más de cien autos y unas sentidas palabras de su hijo Juan Pablo le dieron el último adiós.
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EL DIARIO digital
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"Murió el día de los Santos. Si hay cielo, Mario está ahí", dijo este lunes una mujer que esperaba en el Cementerio Parque, a la sombra de un olmo, el cortejo que llevaba los restos de Mario De la Torre."Murió el día de los Santos. Si hay cielo, Mario está ahí", dijo ayer una mujer que esperaba en el Cementerio Parque, a la sombra de un olmo, el cortejo que llevaba los restos de Mario De la Torre.
Previo a la llegada al lugar, hubo una misa en la Iglesia Catedral de la que solo participaron sus familiares y los sacerdores locales. Pidieron que nadie más lo hiciera por respeto a la situación sanitaria generada por la pandemia del coronavirus. Pero en la vereda, decenas de personas lo despidieron con un aplauso.
Antes de llegar al cementerio, el cortejo pasó por los Hogares Don Bosco -en la zona de quintas- donde hubo una parada en cada uno de los lugares de ese obra.
Hubo decenas, tal vez centenas de personas, que esperaron esa llegada en un día ya caluroso al mediodía y con un viento que levantaba la polvareda en las calles de tierra del cementerio.
Mario fue muy querido y reconocido por su obra salesiana con los Hogares Don Bosco. Su forma campechana lo acercaba a los mejores modos de repartir la palabra cristiana.Mario fue muy querido y reconocido por su obra salesiana con los Hogares Don Bosco. Su forma campechana lo acercaba a los mejores modos de repartir la palabra cristiana.
Fue el primer diácono de la Iglesia Católica. Esa denominación está reservada para quien, aún teniendo familia, recibe la segunda de las órdenes mayores que otorga la Iglesia y tiene la función de anunciar el Evangelio, bautizar, asistir al sacerdote en el altar, distribuir la comunión y dar testimonio cristiano ayudando a los más pobres.En el entierro, su esposa Susana Silvestro estuvo acompañada por sus hijos Juan Pablo, Hernán, Carlos y Marcelo. Son sus hijos del corazón, que tuvieron primero un refugio en el Hogar Don Bosco,. Pero muchos chicos y chicas de los hogares le decían "papá".
Juan Pablo dijo "lo tenemos que recordar con alegria, como él era. Y recordar sus obras, lo que hizo por muchos chicos".
Su obra se inició con su voluntad, con el acompañamiento de Susana. Con ayudas, pidiendo dinero a los fieles y al Estado Mario de la Torre fue levantando los Hogares Don Bosco. Y empujado por su frase de cabecera: "Dios proveerá". Era la forma de la esperanza y del optimismo que lo marcó en su obra.
El fallecimiento de Mario, de 69 años, se produjo el domingo en Santa Rosa. Docente jubilado desde 2012, su tarea se enfocó en el último tiempo en la Fundación "Aportes a la humanidad" que llevó adelante junto a su familia y con la que gestionaban un comedor en la calle Villegas 664, donde de lunes a viernes preparan el almuerzo para muchísimas personas que lo necesiten. Allí también se dictaban talleres para adultos y otras actividades.
También desarrolló una larga tarea docente en el colegio Domingo Savio. "Hoy tenemos un Santo más con el Señor, falleció Mario de la Torre, primer Diácono Permanente pampeano. Que el Señor lo tenga en su brazos. Rezamos por el consuelo de su familia, Susana, su esposa, y sus hijos", lo recordaron desde el Obispado de Santa Rosa.
De la Torre nació en Lincoln, provincia de Buenos Aires, en 1951. Además de su papel docente, también era técnico agropecuario.