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EL DIARIO digital
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La condena a Cristina Fernández de Kirchner, que estaba cantada y escrita, dispara sin embargo consecuencias de alto impacto político, no solo porque se trata la primera vez en la historia en que es sentenciada así una vicepresidenta en ejercicio, sino por sus dichos posteriores a la decisión judicial.
En La Pampa, hubo fiesta de la dirigencia del PRO, a tono con lo ocurrido entre los popes nacionales de la fuerza macrista, que hace la lectura que le conviene a sus intereses. El diputado nacional Martín Maquieyra se convirtió en agitador militante de un juicio político a Cristina, que permita sacarla del cargo y hacerla cumplir la condena antes de que quede firme y se desarrollen otras instancias institucionales.
Maquieyra hizo una fiesta en sus redes sociales. "Era hora de terminar con la corrupción y con el uso de las reglas electorales para beneficio de la clase política", dijo, como si eso fuera el expediente que se definió este martes, en medio de severas irregularidades, lobbys y presiones. "Ahora como oposición mi postura es firme: juicio político para Cristina Kirchner para que YA ejerza la condena y deje de ser vicepresidenta", dijo.
La senadora Victoria Huala siguió el mismo camino: "La vicepresidenta Fernández de Kirchner fue condenada a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por administración fraudulenta en la administración pública. Por estos delitos Cristina no va a ir presa, al menos no en lo inmediato", aclaró.
"Pero esta condena tiene que llevarnos a la reflexión como ciudadanos sobre qué tipo de cultura política queremos para nuestro país y lo que creemos que es aceptable o no en democracia", añadió en sus redes.
"Mi deseo es que transitemos este camino de forma pacífica, tolerante, y que al final del recorrido podamos afirmar que se hizo justicia y se puso fin a la impunidad de la corrupción política", apuntó Huala.
