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EL DIARIO digital
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El intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, va a fondo: su desafio al gobernador Sergio Ziliotto no tiene vuelta atrás y presentará una lista propia para presidir el PJ pampeano.
Eso pese a que el oficialismo partidario tendió un puente para ofrecerle a "Copete" dos cargos en el consejo y no uno solo. Esa propuesta ya no alcanza y además en el proceso se perdieron la confianza y la cordialidad. El proceso de unidad hizo un "clic" cuando el oficialismo pareció empoderar a La Cámpora con la representación en el consejo y con la vicepresidencia de María Luz "Luchy" Alonso.
Pero la situación de fondo va mucho más allá de ese episodio y esos dimes y diretes. Lo que empezó como un ruido por el reparto de cargos en el consejo partidario se volvió una disputa de poder de fondo: di Nápoli definió presentar lista cuando el 30 de abril venza el plazo para participar de las elecciones a las que el propio ziliottismo convocó pese a los posicionamientos en contrario del resto de las líneas, que sugerían una prórroga de las actuales autoridades.
La disputa adelanta la pelea por candidaturas y por la jefatura del partido pensando en lo que viene: Ziliotto termina su mandato el 10 de diciembre de 2027 y no tiene reelección a mano. El exgobernador Carlos Verna mira ese escenario desde afuera pero activo: sigue en vínculo y conversaciones con las intendencias "no alineadas" que comandan di Nápoli y la jefa comunal de General Pico Fernanda Alonso.
Hasta ahora, di Nápoli y Ziliotto mantuvieron las formas y no se cruzaron de semejante modo. Pero los tironeos vienen desde hace rato. La puja por la caja coparticipable fue el primer enfrentamiento fuerte. El ziliottismo marcó la cancha en Santa Rosa cada vez que pudo, incluso poniendo en las gateras al secretario de Trabajo Marcelo Pedehontaá como precandidato a la Intendencia.
El nuevo escenario plantea desde ya nuevas dudas e incertidumbres: 1) si di Nápoli va por la presidencia del PJ, ¿abre el juego a que otros espacios hagan el mismo intento?; 2) Ziliotto había dicho que seguiría al frente del peronismo si había lista de unidad: ¿con este nuevo contexto insistirá para seguir al frente?; 3) ¿qué rol jugarán los espacios que no aparecen tan alineados, como Identidad Peronista o el Nuevo Espacio de Participación?; 4) ¿qué costos políticos pagarán los involucrados en la pelea por la conducción partidaria en un escenario de crisis económica y social?
El reparto que ideó el ziliottismo
Ahora, después de los ruidos, la repartija del Consejo que ideó el ziliottismo reserva siete lugares para la Plural, tres para el marinismo de Convergencia, dos para el Nuevo Espacio de Participación (Roberto Robledo, secretario general de UOCRA), dos para La Cámpora, dos para Identidad Peronista (Jorge Lezcano, secretario general de UCPN), dos para Compromiso Peronista, dos para el espacio de Di Nápoli y uno para la línea que armó el intendente de la norteña Realicó, Facundo Sola.
Di Nápoli ya no acepta ese convite. Enfocó otro escenario y dice que no hay vuelta atrás, aunque también es cierto que el 30 de abril vence el plazo para presentar listas, pero una hipotética elección será recién en noviembre, pasadas las legislativas nacionales.
Cerca del intendente desmienten el último rumor según el cual hay un acuerdo ya cerrado con Adriana García, intendenta de Winifreda, para que sea su candidata a vice, o con el jefe comunal de Toay Ariel Rojas para que sea postulante a secretario del partido.
Di Nápoli no confirmó públicamente su presentación, pero claramente deja leer sus pasos. "No hay que confundir unidad con subordinación", desafió el intendente en el momento en que retiró la documentación para presentar lista propia. "Si la unidad no se da, no hay que hacer tanto drama; lo que planteamos es la renovación", completó.
El ziliottismo todavía confía en que en los días que restan para la presentación de listas habrá acercamientos que acomoden la situación.
La puja Ziliotto-Di Nápoli estaba callada, o metida bajo la alfombra, pero fue germinando. Después de la disputa por la coparticipación, di Nápoli se sumó a las intendencias "no alineadas". Se hicieron visibles en ese equipo Fernanda Alonso, Adriana García, Ariel Rojas y el intendente de Lonquimay, Manuel Feito.
El grupo fue apadrinado por el exgobernador Carlos Verna, que siempre mete la cola y mantiene el vínculo con ese espacio. Verna tiene con Ziliotto una relación de amor-odio: lo eligió como su sucesor en la gobernación, pero desde entonces se comportaron como enemigos íntimos.
Con sutileza, o no tanta, Verna le soltó la mano varias veces, incluso este año. Anunció como líder de la mayoritaria Línea Plural que su sector no presentará candidaturas y dejó a Ziliotto en una posición incómoda.
Respecto de la conducción partidaria, la idea del ziliottismo era aceitar una nómina con el gobernador al frente. Esa propuesta cuajó en la mayoría de las líneas que participaron en una reunión inicial, incluyendo al espacio de Di Nápoli. Sin embargo, en el camino hubo disidencias y compromisos incumplidos o malos entendidos, según quién cuente la historia.
La conducción del PJ convocó a elecciones partidarias pese a que la mayoría de los sectores aconsejaban una prórroga de autoridades hasta pasadas las elecciones legislativas nacionales. El apoderado del partido, Daniel "Pali" Bensusán, anunció el plan oficial de hacer la convocatoria formal y gestar una lista de "unidad" con Ziliotto al frente y "Luchy" Alonso como vice.
Con esa movida, Ziliotto se garantizaría tener la lapicera del PJ pampeano hasta 2029. Fue un intento de demostrar poder luego de que unas semanas antes dijera que tenía pensado retirarse de la política el 10 de diciembre de 2027, al concluir su mandato.