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EL DIARIO digital
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Por Pinky Pumilla (*)
Las lágrimas son de impotencia y de pimienta. Su pañuelo no logra discernir y es fútil el ademán ante tanto dolor. Todos la vimos, todos, menos los que eligen no ver.
A esta hora de la jornada aún no conocemos su nombre. No hace falta: cabellos canos, corajuda, obstinada. Puede ser nuestra abuela, o madre, o la vecina de al lado.
Con voz entrecortada, porque el gas ha dañado, también, su garganta, explica al cronista que la acorralaron entre varios policías, la sujetaron y uno de ellos ,comprobada su indefensión, le pulverizó el rostro con ese compuesto químico que con tanta prodigalidad se empleara en las mazmorras de Abu Graib.
El notero no termina de comprender el cuadro que describe y ella, en un gesto de suprema honestidad, habilitada desde el comienzo para la impugnación general, la puteada genuina, absuelve a la policía que le alcanza el celular que se ha caído y enfoca la responsabilidad a los canallas que la sujetan y al cobarde que la rocía.
La martirizada, acaso nuestra maestra de primero inferior, tiene temple para dar una lección de verdad y democracia en ese escenario de impunidad y creciente fascismo.
Raro, nadie articuló esta palabra en el resumen de la medianoche.
A la hora de los resultados de la votación la mujer policía tal vez redima su conciencia por un mínimo gesto de empatía. El resto habrá amparado la iniquidad en el catecismo de la obediencia debida ,tal vez regocijado por la escrupulosa eficacia de su protocolo de odio y crueldad.
La anciana, que puede ser la patria, acaso haya enjugado nuevos llantos a la hora de acostarse, Algunos de tristeza, otras de alegría por haberse mantenido fiel al precepto de su propia dignidad.
Hoy por la mañana, al momento de apelar al exorcismo de estas líneas, la radio vomita un pregón de impiedades e insiste en una legitimidad de origen que es falaz, porque no hay legalidad en una minoría real que miente desde el mismo umbral y la consecuencia es el imperio del hambre y la miseria.
(*) Escritor, periodista, fundador del Movimiento Pampeano por los Derechos Humanos y querellante en los juicios de la Subzona 14.