La Pampa

En pie de guerra contra Ziliotto: Verna se mostró con la lapicera

La relación entre el exgobernador Carlos Verna y el que fuera su delfín, Sergio Ziliotto, está en su peor momento. Este viernes se sacó una foto desafiando al gobernador por sus últimas declaraciones, cuando no disimuló el distanciamiento. "Acá está la lapicera", replica la imagen.

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EL DIARIO digital

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El exgobernador Carlos Verna se sacó una foto con una lapicera. La imagen, el gesto, lo dice todo: está en pie de guerra con el gobernador Sergio Ziliotto, quien el jueves pasado le dijo a El Diario que se equivocaban quienes les querían organizar una despedida por anticipado. "No le voy a prestar la lapicera a nadie, voy a tomar decisiones de gestión y en el peronismo hasta el último día", dijo el gobernador ese día.

En la jornada previa al día de los inocentes, este sábado 28, Verna se sacó la foto, una burla desafiante a las palabras de Ziliotto. Empezó a circular primero por wasap, según pudo confirmar El Diario. Pero ya en la jornada sabatina, se viralizó en redes. Y algunos militantes del ultravernismo la festejaron.

El dueño de la lapicera

Desafiante y mordaz, Verna se dejó fotografiar junto a su amigo, el comunicador radial de General Pico, Juan Ramón, mostrando una lapicera. "Acá está la lapicera, feliz año", es la leyenda que acompañó la imagen. "¿Quién es el dueño de la lapicera?", se preguntaron algunos militantes vernistas en las redes.

Ziliotto brindó el jueves pasado una entrevista exclusiva con El Diario. Y allí fue más explícito que nunca respecto a su distanciamiento de Verna. En ese marco, levantó la voz para aclarar que la lapicera, símbolo de la toma de decisiones, no la piensa soltar hasta el último día de su gestión, que tiene tres años por delante y una parada electoral relevante, en las legislativas de 2025.

La frase del gobernador venía a cuento del ruido que generaron palabras previas suyas, respecto a un eventual retiro de la política cuando terminara su mandato.  "Si alguno piensa organizarme la despedida por anticipado, está totalmente equivocado. No voy a dejar de tomar decisiones ni de gestión ni partidarias hasta el último día. Y menos aún le voy a prestar la lapicera a alguien. Tengo una responsabilidad como gobernador hasta el último día, y como peronista también", aclaró Ziliotto.

-¿Esperabas más acompañamiento? Verna no te ha respaldado, precisamente... -le consultó El Diario el jueves.

-Es lo que me tocó. Quizá por una cuestión lógica, veníamos de grandes liderazgos, y yo planteé la horizontalidad, por ahí alguno no lo entendió. Me tocó lo que hay. Pero tuve acompañamiento de intendentes. No dejé de hacer nada por algún tipo de ruido político interno. 

Del amor al desencuentro

La historia entre Verna y Ziliotto va del amor a los desencuentros.  El actual gobernador fue un escudero fiel en la trayectoria política de Verna. Siempre lo acompañó en la función, ejecutiva o legislativa. Desde los tiempos en el municipio de Pico, el Senado y  los dos períodos en la gobernación pampeana.

Tanto es así que cuando en  setiembre de 2018 anunció que tenía cáncer y dejaba la política para concentrarse en el tratamiento de su enfermedad, lo ungió como su sucesor, incluso relegando a Daniel Lovera, el otro hombre de confianza que caminó a su lado durante toda su carrera. Fue triunfo contundente en mayo de 2019.

En octubre de 2019, Verna fue estrella central del acto del 17 de octubre, cuando Alberto Fernández y Cristina pidieron un "nunca más" al neoliberalismo y sellaron la unidad del peronismo para derrotar a Mauricio Macri.

Sin embargo, al poco de iniciarse la  primera gestión de Ziliotto, algo se rompió.  El nuevo ocupante de Casa de Gobierno hizo algunos gestos de independencia y habló de un nuevo liderazgo, basado en la horizontalidad, que dejaba atrás otro estilo, más personalista.

A partir de ese momento, Verna no hizo respaldos explícitos a la gestión. Cada vez que abandonó su reclusión o hizo irrupciones puntuales en las redes, golpeó en la línea de flotación a la gestión del que había sido su delfín. Nunca estuvieron claras las razones ni el origen del desencuentro.

Primero petardeó al presidente Alberto Fernández, a poco de asumir, por haber girado recursos a la provincia de Mendoza para construir Portezuelo del Viento. "Nos cagó un compañero", dijo. El distanciamiento de Verna se mantuvo durante esos cuatro años.

Y quedó al desnudo en la campaña para la reelección de Ziliotto. Verna le sacó el cuerpo casi por completo. Ziliotto logró la reelección, por un margen muy estrecho.  El líder de la Plural, desaparecido en acción, recién regaló una foto con Ziliotto a último momento, previo a las elecciones, el 12 de mayo de 2023. "Gracias por la visita", tuiteó, con frialdad.

Pasaron las PASO, la primera y la segunda vuelta y Verna mantuvo el silencio. Ya con Milei en el poder, Verna se refugió en el mismo silencio, hasta que volvió a atacar a Ziliotto, a mitad de 2024. Desde agosto del 2023 no aparecía en ningún lugar público y su cuenta en Twitter (X), que es la plataforma de sus definiciones políticas, estaba en silencio político.

A fines de julio de este año, reapareció sorpresivamente para criticar el alineamiento con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, a quien recibió en Casa de Gobierno y le ofició de escudero en su cruzada de resistencia a las políticas de ajuste de Milei. Con la excusa de celebrar que YPF haga la mayor inversión de su historia en Río Negro y no en la provincia de Buenos Aires,  volvió a las andadas: mientras un Kicillof encendido protestaba por la decisión nacional de que la planta de GNL se instalara en Río Negro, el exsenador lanzó su tweet: "¡Una buena noticia para la PATAGONIA y para los trabajadores petroleros de Río Negro, Neuquén y La Pampa!".

Mucho más que un saludo a la provincia sureña fue un regodeo con la derrota política de Kicillof, y de carambola una chicana a su enemigo íntimo Ziliotto, que venía agitando los encuentros con el bonaerense. El PRO local se plegó al relato de Verna y castigó duro a Ziliotto por su vínculo con Kicillof. Y el exgobernador, como nunca, se vio obligado a una reaparición aclaratoria, también en "X": por un lado, trató de separarse del gobierno libertario y reivindicar a la Patagonia, por otro lado, subió la apuesta.

"La Pampa forma parte de la Región Patagónica sin beneficio de inventario. El Gobernador de La Pampa integra la Liga de Gobernadores Patagónicos y los Diputados Provinciales de La Pampa integran el Parlamento Patagónico. La Pampa nunca será el patio trasero de Buenos Aires", aseveró.

A los pocos días, un jueves de agosto, abrió las puertas de su mítica quinta en Pico, donde se han tejido intrigas, pactos y listas completas, y se erigió en padrino del Grupo No Alineado de intendentes del PJ.  Recibió a su preferida, la intendenta de General Pico, Fernanda Alonso; al jefe comunal de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, y a otros integrantes del grupo que desde principios de año se venía reuniendo con una mirada crítica al Ejecutivo provincial.

Un desafío más en la larga cadena de desencuentros con Ziliotto. Para cerrar el 2024 a tono, este sábado le mostró la lapicera al gobernador que horas antes había dicho que no la piensa prestar hasta el último día de su mandato.

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