"La víctima se va a cruzar con quien la torturó y violó"

El querellante de los juicios la Subzona 14 y fundador del MPDH, Juan Carlos Pumilla, rechazó que se le otorgue la libertad condicional al represor Carlos Reinhart. Recordó que mantuvo el pacto de silencio y no mostró arrepentimiento.  "Se corre el riesgo de que la víctima se cruce en una esquina con quien la torturó  y violó", advirtió el periodista y escritor.

Pumilla fue uno de los querellantes (foto) en los tres juicios de lesa humanidad de La Pampa. Y no se quedó callado luego de que el lunes pasado, según reveló El Diario, la fiscala Iara Silvestre firmara un dictamen favorable al pedido de libertad condicional de Reinhart, que está preso en la Colonia Penal. El Tribunal Oral Federal de Santa Rosa resolvería este lunes, en vísperas de Navidad

El expolicía aplicaba picana eléctrica a los detenidos ilegalmente en la planta alta de la Seccional Primera. A principio de año le unificaron las tres condenas que recibió, y el cómputo de penas arroja que ya cumplió en prisión las dos terceras partes del castigo de 25 años, el máximo posible según las leyes argentinas. Los jueces no están obligados a liberarlo y hay pactos internacionales que establecen más restricciones en casos de delitos de lesa humanidad.

Pumilla, lamentó que otra querellante, su amiga Raquel Barabaschi, "corre el riesgo de cruzarse en cualquier esquina" con el represor Carlos Reinhart, "es decir, el hombre que la picaneó, gozando de libertad".

"A mí me parece que asistimos a una serie de paradojas múltiples. Un organismo de justicia que comete y consagra una injusticia. Le concede libertad a un hombre que no hizo ninguna contribución ni a la memoria, ni a la verdad, ni a la justicia, contrariando el deseo, el espíritu, la brega de la sociedad y de las víctimas que sí promovieron los juicios de esa humanidad y a partir de los cuales se los condenó. Ahí hay una contradicción terrible", opinó.

Además, dijo que "otra cosa que colisiona con el sentido de justicia de la sociedad, esa justicia que estudiamos en el colegio, la justicia aristotélica ligada a la ética. Cualquier veredicto de la justicia tiene que pasar por un camino de ética, para que sea verdad y para que sea realmente justicia".

Por otra parte, advirtió que "se va (de la cárcel) manteniendo el silencio y todas las respuestas. Y la sociedad y las víctimas siguen haciendo las preguntas. Se habría podido haber redimido, como para gozar de este veredicto del Ministerio Público Fiscal, diciendo quiénes fueran sus jefes, quiénes daban las órdenes, quiénes eran los informantes".

"En el juicio, en ninguno de los juicios se mencionó, por ejemplo, al Obispo Arana, o a Iriart o a Aguirre Arrieta. Ese pacto de silencio se mantiene y lo que impide que algún día se sepa toda la verdad, absolutamente toda la verdad, de cómo se manifestó la represión en La Pampa. Porque los tres juicios fueron insuficientes en ese sentido. Falta la complicidad civil, el papel de la Casa Gobierno oficiando a la caza de subversivos, quiénes aportaron dinero, quiénes se enriquecieron con la represión. Porque esto fue un plan que tenía otros objetivos", insistió en declaraciones a CPEtv.

"Vemos esto con mucho disgusto y pesadumbre que tiene que ver, además, con una tendencia que se ha instalado en el terreno judicial en el país. Una Corte de clase que tiene dictámenes de clase", acotó.

Finalmente, señaló que "falta el veredicto del Tribunal Oral Federal. Esperamos que atienda el TOF estas razones, que desoiga el dictamen y la rechacen". "Y si no, veremos. Siempre la cuestión de los derechos humanos se dilucidó en la calle. Y los jueces fueron puestos en el sillón de los magistrados por imperativo de las voces de la calle. Así que volverá a pasar ahora o en algún momento", completó.