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EL DIARIO digital
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La Intersindical hizo este lunes a la mañana, a las 9:00 horas, un plenario con la mirada puesta en el paro y marcha previsto para el próximo jueves 28 de noviembre, que representa un desafío por el contexto particular en el cual se convocó.
El ajuste del gobierno nacional se combina con un esfuerzo de la gestión provincial por sostener de alguna manera la pauta salarial y los gremios que en algún momento del año hicieron movidas en unidad, ahora aparecen con estrategias diferentes.
Por un lado, los gremios de la Intersindical respondieron al malestar por la pérdida del poder adquisitivo de los sueldos que expresaron los delegados en el plenario de hace dos semanas.
Por el otro, el gobierno provincial metió presión porque otorgó un bono de fin de año jugoso, que no puede dejar de valorarse, como para intentar descomprimir el descontento. También el gobernador Sergio Ziliotto aseguró que hasta ahora los salarios tuvieron un 104% de aumento, acompañando a la inflación, y aceptó limitar a febrero la garantía de un sueldo mínimo a cuenta de futuros aumentos. Siempre en un contexto recesivo y de caída de la recaudación.
Y, finalmente, el frente gremial está resquebrajado. Hay gremios que directamente le sacaron el cuerpo a la protesta. El Sindicato del Personal de Obras Sanitarias firmó el acuerdo por el bono de 300 mil pesos esta semana y no va al paro, a pesar de estar dentro de la Intersindical.
UPCN, el gremio que lidera Jorge Lezcano, asesor gubernamental y exfuncionario provincial, no aceptó el convite de asistir al plenario y en la reunión paritaria firmó el acuerdo con los representantes gubernamentales.
La Utelpa, el principal gremio docente, ya había acordado en la paritaria anterior, a diferencia de la Intersindical, y ahora volvió a aceptar la oferta del bono, aunque aclarando que considera "insuficiente" la pauta salarial otorgada este año por el Centro Cívico.
En otro plenario de hace dos semanas, afloraron algunos disensos. El secretario general de luz y Fuerza La Pampa, Julio Acosta, había mocionado esperar para lanzar una medida de fuerza a la reunión paritaria. Por disciplina gremial y democrática, dijo, acataron lo decidido por la mayoría y no se correrán de la protesta. El lucifuercista defendió al secretario de Trabajo, Marcelo Pedehontáa, que había sido insultado, cuestionado y tratado de "traidor" por un representante de ATE.
Algo similar sucedió con el gremio APEL, de los legislativos, que aún apuesta a una señal de último momento desde Casa de Gobierno para frenar el conflicto.
No es casualidad entonces que la secretaria general de ATE, Roxana Rechimont, se haya visto obligada a salir a aclarar que el paro del 28 "sigue en pie" y el gremio está embarcado en "militarlo". Además, también la secretaria general de los Judiciales, Susana Funes, apremiada por el surgimiento de una rama de judiciales autoconvocados que la corren por izquierda, también le puso la cara a declaraciones para ratificar el reclamo.