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Por microplásticos, intensifican monitoreos en el río Colorado 

Un grupo de científicos del CONICET intensificó los monitoreso en la cuenca del río Colorado ante la presencia de microplásticos. 

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EL DIARIO digital

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"Son diminutas partículas de plástico invisibles a simple vista que se han convertido en una amenaza silenciosa para los ecosistemas acuáticos. Estos contaminantes que provienen de productos de cuidado personal, ropa sintética y la degradación de desechos plásticos, entre otros, se advierten cada vez más en ríos y lagos", explicaron desde el Conicet.

Guillermo Mora, becario doctoral en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG), detalló el trabajo que realiza en agua dulce. "Argentina cuenta con una de las mayores reservas de agua dulce en el mundo, gracias a sus extensos ríos, lagos, acuíferos y glaciares. La gestión sostenible de estos recursos es crucial para enfrentar los desafíos ambientales y garantizar su preservación para generaciones futuras", comentó Mora al diario Río Negro.

Advirtió que los proyectos de monitoreo y control de la calidad del agua en la cuenca del río Colorado «son esenciales para evaluar sus condiciones a lo largo del tiempo». El grupo de Limnología y Bioindicadores del IIPG se desempeña en General Roca, una zona definida como «estratégica en la región» ya que permite evaluar de manera integral todo el sistema fluvial de la cuenca del río Colorado, desde sus nacientes hasta su desembocadura.

Los microplásticos llegan a los ecosistemas de agua dulce a través de diversas vías, como la erosión del suelo, la escorrentía superficial, la deposición atmosférica, las aguas residuales urbanas, los residuos industriales y la degradación de basura plástica.

"El problema principal con los microplásticos radica en su naturaleza irreversible. Afectan a los ecosistemas y generan consecuencias negativas para la biota y la salud humana, principalmente por su transferencia a lo largo de las cadenas tróficas. Pueden ser ingeridos por una amplia variedad de organismos, desde pequeños invertebrados hasta peces, causando bloqueos físicos o liberando sustancias tóxicas", puntualizó Mora.

Mencionó que los microplásticos pueden "transportar contaminantes químicos adheridos a su superficie, que le suma peligrosidad, ya que muchos de ellos son tóxicos para los seres vivos, amplificando así su impacto ambiental".

Una vez que los organismos ingieren microplásticos pueden ser transferidos a los niveles superiores de la cadena alimentaria. Esto implica que los depredadores que se alimentan de organismos contaminados pueden acumular mayores concentraciones de microplásticos, dependiendo de su dieta y de su capacidad para eliminar estos contaminantes.

"Por otro lado, pueden actuar como vectores de sustancias tóxicas, como contaminantes orgánicos persistentes o metales pesados, que se adhieren en su superficie. Cuando los seres humanos consumen pescado u otros productos acuáticos contaminados, también están expuestos a los microplásticos y a las sustancias químicas propias del plástico y a tóxicos que estos transportan, lo que no solo plantea riesgos para la salud, sino que también puede generar problemas económicos para la región e incluso para el país", detalló Mora.

Existen diversas alternativas para eliminar los microplásticos, que incluyen desde la instalación de filtros especializados en sistemas de drenaje doméstico y lavadoras para capturar fibras sintéticas, hasta el uso de trampas y barreras en cuerpos de agua superficiales para retener macroplásticos.

Además, se están desarrollando tecnologías innovadoras como la biorremediación mediante microorganismos y enzimas capaces de biodegradar plásticos, lo que ofrece un enfoque más natural y sostenible para abordar este proceso de contaminación.

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