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EL DIARIO digital
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"Firmé un contrato como chofer, con la promesa de trabajar 8 horas diarias. Sin embargo, la realidad fue muy diferente: jornadas de 12 horas sin pago de horas extras, la obligación de limpiar vehículos los sábados siendo una media jornada impaga, limpiar escombros, lijar paredes, pintar y barrer el garaje de los vehículos", contó el muchacho -que pidió reserva de su identidad- en diálogo con El Diario.
"CSG Servicios" es una empresa dedicada al transporte de escolares y de privados, ubicada en el parque industrial de Santa Rosa. La dueña de la firma es Ana Maria Anzorena, y los apoderados son su esposo, Eduardo Christensen, y el hijo de ambos, Damian Anzorena Christensen.
"Contar mi situación no solo es un grito de auxilio, sino también un intento de visibilizar la angustiante situación que vivimos bajo la dirección de Eduardo Christensen y su hijo Damián, ya quienes son ellos los que más dirigen esta empresa", destacó el joven trabajador.
"Imaginen un entorno laboral donde la explotación laboral es la norma. Firmé un contrato como chofer, con la promesa de trabajar 8 horas diarias. Sin embargo, la realidad fue muy diferente: jornadas de 12 horas sin pago de horas extras, la obligación de limpiar vehículos los sábados siendo una media jornada impaga, limpiar escombros, lijar paredes, pintar, barrer el garaje de los vehículos (colectivos y combis), incluso en condiciones climáticas extremas", resaltó.
"Las mujeres, en este caso, limpiaban dentro de los vehículos, las oficinas, la cocina, las ventanas y los baños, Esta carga adicional, que nunca figuró en nuestro contrato, se convirtió en una amenaza constante para quienes temíamos perder nuestro empleo", añadió.
En otro tramo de su testimonio, indicó que "el estrés y la indignación que se generan en este ambiente tóxico son devastadores. No solo se nos exigió realizar tareas ajenas a nuestras funciones, como limpiar escombros y pintar, sino que también estuvimos sujetos a un régimen de amenazas. Eduardo y Damián no dudaron en decirnos que pueden arruinar nuestras futuras oportunidades laborales si nos quejamos, o sino cumplimos con sus exigencias, aun así estemos desvinculados de su empresa".
El trabajador, que fue echado, y que mostró la carta documento que recibió, también dijo que hizo la denuncia correspondiente en la Secretaría de Trabajo, pero "el expediente fue archivado porque, según me informaron, Eduardo no asiste a las audiencias".
"Esta falta de responsabilidad ha llevado a muchos de nosotros a recurrir a abogados particulares para reclamar lo que nos corresponde. La presión psicológica que sufrimos es inaceptable, y muchos de mis compañeros están lidiando con daños psicológicos severos debido a la constante tensión y el miedo a represalias", subrayó.
Despido "injustificado"
Sobre su caso particular, el trabajador indicó que recibió un "despido injustificado".
"Un despido gracioso -precisó- porque está escrito en mi telegrama, porque según Eduardo y Damian 'tiré un fierro (apoya brazos de hierro cortado) que el mismo encargado ordenó'... fue cuando tuve que ir a desechar unos escombros y basura, este fierro no estaba en un lugar importante, sino en la basura que cualquiera puede confundir con que no servía más. Esto fue un sábado, un día laboral que no estaba estipulado en mi contrato y trabajando en funciones que no me correspondían".
"Lamentablemente, hasta la fecha no he recibido el pago correspondiente por todas estas jornadas y hace dos meses que no recibo noticias de mi liquidación, ni todo lo que me corresponde que me abonen", apuntó.
Derechos laborales
El denunciante también dio a conocer que "al finalizar el ciclo lectivo, Eduardo obliga a todos los choferes y preventoras a renunciar, prometiendo reincorporarlos posteriormente al próximo año. Sin embargo, esta promesa rara vez se cumple, lo que significa que los empleados nunca tendrán antigüedad en el trabajo, perpetuando así la inseguridad laboral".
"En este caso hay dos chicas que también trabajaron en 2023, renunciaron, las volvieron a contratar en 2024 y fueron desvinculadas de la empresa a los 3 meses. Eduardo en estos casos aprovecha para decir que 'están en periodo de prueba' y ellas tienen como pruebas los recibo de sueldo. Una de ellas está también actualmente en juicio".
Otro caso al que definió como "preocupante" involucra a un chapista de la empresa, que fue desvinculado a principios de 2024.
"Inicialmente, fue suspendido durante unos días, y posteriormente, la empresa decidió su desvinculación. Sin embargo, Eduardo Christensen, no quería despedirlo directamente, sino que intentó forzarlo a renunciar, a lo cual el chapista se negó. Aprovechando la situación, Eduardo optó por suspenderlo durante 15 días argumentando que se trataba de un 'abandono de trabajo'. Ante esta situación, el chapista, junto a su abogado, envió un telegrama, ya que no existía más relación laboral entre ambas partes. Sin embargo, el chapista fue contactado de manera engañosa por Eduardo Christensen. Le hicieron creer que recibiría su liquidación por su trabajo, lo que lo llevó a firmar un recibo de sueldo. Sin embargo, nunca se le realizó el pago correspondiente. Esta persona, confiando en la buena fe de la empresa, firmó el documento, pero lamentablemente no recibió la remuneración que le correspondía. Este hecho pone de manifiesto las prácticas abusivas que se están llevando a cabo y la necesidad de proteger los derechos de los trabajadores", argumentó.
A las autoridades
"Es indignante que una empresa que gana licitaciones en el Estado, gracias al trabajo de nosotros, los choferes y preventoras, trate a sus empleados con tal desprecio", lamentó el joven trabajador.
Y reflexionó: "La falta de respeto por nuestros derechos laborales y humanos es alarmante. En lugar de ser valorados, somos tratados como piezas desechables en un engranaje que solo busca maximizar las ganancias".
"Hago un llamado a la comunidad y a las autoridades para que investiguen esta situación. Es hora de poner fin a la explotación y el abuso en CSG servicios. No podemos permitir que el miedo y la injusticia continúen reinando en nuestro entorno laboral".
"Espero que mi testimonio sirva para abrir los ojos a quienes aún no conocen la realidad que enfrentamos. Necesitamos apoyo y solidaridad para que nuestras voces sean escuchadas y nuestras quejas, atendidas", cerró.
El trabajador también creó el grupo de Facebook "Nuestros derechos Santa Rosa" destinado a "todos aquellos que también han sido explotados por esta empresa, estamos para escucharlos".