La Pampa

Viaja con sus tres perros, dejó el motorhome abierto y le dejaron una sorpresa en Telén

Guido Rodríguez recorre el país con Timón, Pumba y Barú y lo que más le gusta es ir a pequeños pueblos. El domingo pasado, en Telén, salió a caminar y dejó la puerta del vehículo abierta. Al regresar se llevó una sorpresa de aquellas. ¿Qué encontró?

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Desde que decidió recorrer la Argentina en un motorhome con sus tres perros a partir del 15 de marzo, Guido Rodríguez elige rutas y caminos que lo lleven junto a sus compañeros de aventuras rumbo a sus pueblos preferidos, los de alrededor de mil habitantes.

Y cada nueva experiencia le demuestra su acierto: tienen magia, son cálidos, las puertas se abren para invitar, la bici se deja apoyada en una pared, los autos quedan en marcha al bajar al cajero como las chatas frente a la ferretería y tantos otros detalles que en Buenos Aires no se consiguen y que lo asombran a cada paso.

La última escala fue en la pequeña localidad pampeana de Telén. El domingo salió a caminar con Timón, Pumba y Barú por esas calles de asfalto que pronto se hacen de tierra.

Dejó abierto el vehículo para que se ventilara. Cuando volvió, Diego pensó que tal vez no había hecho bien en dejar el motorhome abierto, por más ventilación que necesitara. Después de todo, la ruta estaba ahí nomás, alguien se podía tentar. "No es que me asusté, pero dije 'que inconsciencia", contó.

Pero eso fue lo que pasó, alguien se tentó. Fue Diego, que llegó hace 10 años a Telén y difícil que se vaya, que se gana la vida con un polirubro y que esa mañana había pasado a dejar un regalo cuando supo de la presencia de los cuatro viajeros. Y como no había nadie y estaba la puerta abierta, se lo dejó adentro.

Así lo narró el propio Guido: "A la mañana, como siempre hago, salí a caminar con los perros. Y en general cierro la camioneta. Pero hay veces que en estos lugares totalmente tranquilos que la dejo la puerta abierta para que se ventile, total me iba a caminar un ratito al solcito y volvía. Cuestión que el camino me gustó. El camino estaba interesante. Los perros estaban felices, seguían caminando un poquito más. Cuestión que vuelvo a la van con la puerta abierta, todo abierto. Miro y ahí veo lo que había en el asiento".

Había paquetes de yerba, de galletitas, de conservas, cajas con alimentos, entre varios productos que le venían de maravilla. "De todo me dejó, qué fenómeno", comentó Guido.

"Estas cosas solo pasan en los pueblos", dijo Guido. Le agradeció a Diego y se preparó para partir. "Una de las pequeñas historias que se van dando en el viaje y que lo hacen tan lindo", agregó. Y se fue feliz.

Fuente: diario Río Negro

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