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EL DIARIO digital
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Murió Fabián Turrión. A los 58 años. Y para todos fue un golpe durísimo, de esos que es difícil reponerse.
Fabián se fue ayer despedido por una multitud que respira vida de dos ruedas. De los de antes, de los de ahora y de los que vendrán. Porque atravesó generaciones.
Fabián, nacido en Carhué pero pampeano por adopción, se fue demasiado pronto. Y tal vez por eso duele más.
Había ido a entrenar al circuito de General Acha el 26 de mayo y sufrió una caída fuerte tras la cual golpeó contra un caldén.
En principio se pensó que fue solo un golpe fuerte y, de manera inmediata, fue traslado a un centro asistencial para iniciar las curaciones.
Pero fue más grave de lo pensado ya que ese accidente provocó lesiones en vértebras (que no comprometían su movilidad) pero tuvo fractura de coxis y una costilla fracturada que perforó un pulmón.
Con los días los profesionales trataron de estabilizarlo para poder operarlo, pero su estado se agravó con una infección general.
A pesar de que se realizaron todos los esfuerzos en el Hospital Favaloro, Fabián no soportó y el martes por la noche falleció.
Se fue, con Fabián, un pedazo muy importante del motociclismo pampeano de los últimos cuarenta años. Un apasionado.
"Difícil no quererlo al flaco" dijeron sus amigos en la despedida en el Cementerio Parque y ante una multitud que no dudó en reconocer su carrera y su tránsito por la vida con un cerrado aplauso.
Figura
Fabián, sobrino de Jorge Turrión, gloria de los 70 del speedway, escribió también su propio nombre. Y fue, en los 80, uno de los más grandes corredores en Bahía Blanca. Se subió a motos impulsadas con motores de 100cc, 105, y 175 cc, antes de que se popularizada la categoría como 200cc tal cual se conoce hoy. La zona, fuerte en motociclismo (Carhué, Henderson, Casares, Daireaux), lo vio brillar en los óvalos.
No le pesó correr con el apellido y la leyenda en la que se había convertido su tío Jorge. Enfrentó a corredores de la talla de Carlos Limbozzi, Leandro Prieto, Sergio Trumpio, Armando Brion, Fabio Gallego y otros.
Con poco menos de veinte años, en Santa Rosa, se convirtió en un reconocido empresario junto a su padre, en el rubro de aberturas. "Vamos a extrañar el paso por la calle Ameghino y que Fabián no grite", contó un amigo, consternado por la situación.
Motocross
En el motocross ganó miles de amigos. Tiene historias enormes junto a Erik Sabaidini, Javier Martínez, Edgardo Deanna, el Chaca Aguerrido, y Jorge Ochoa. Junto a Gustavo Lobos, otro que caminó a su lado, trabajaron de manera incansable para que Toay, donde hoy está el Complejo Horacio del Campo, tenga cita con el máximo nivel del motocross nacional para que todos pudieran aplaudir a Sebastián Sánchez, el rey del MX. Ayer, el propio Sebas, no contuvo su dolor al despedir a un amigo y referente.
Entre sus familiares, el dolor de amigos, colegas, preparadores y dirigentes de todos puntos de la provincia y la zona, se encendieron las motos que acompañaron el cortejo por última vez a su lado. Como si se tratara de una despedida sentida, profunda, para alguien que vivió y respiró el deporte como pocos.