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EL DIARIO digital
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Cuando uno transita por las calles santarroseñas y conoce sus nombres, los incorpora a la vida cotidiana sin tal vez conocer su origen. Tal es así que una arteria que atraviesa Villa Santillán y se torna una de las más transitadas de a ciudad lleva el nombre de un exgobernador mendocino y destacado político de esa provincia de principios del siglo XX.
Sí, en tierras en donde todos los días la ciudadanía y las autoridades provinciales renuevan el derecho a que la provincia cuyana libere el agua del río Atuel tal como es del derecho de los y las pampeanas y como así los estableciera la Corte Suprema de la Nación, una calle lleva el nombre de un exgobernador mendocino.
De todos modos, la trayectoria de Civit es previa al conflicto entre La Pampa y Mendoza por el río Atuel el cual data de la década del siglo pasado
¿Quién fue Emilio Civit?
Emilio Civit fue un político argentino que ejerció los cargos de diputado, senador nacional, gobernador de la Provincia de Mendoza y ministro de Obras Públicas y de Agricultura de la Nación. Tal es así su importancia que una de las principales avenidas y de las más coquetas de la ciudad de Mendoza, algo así como la Avenida del Libertador porteña, lleva su nombre, lo mismo que el primer Hospital público de la ciudad
En 1898 fue elegido gobernador de su provincia, período durante el cual se ocupó de la provisión de agua potable. Pero renunció a los pocos meses, para ocupar el Ministerio de Obras Públicas, designado para el cargo por el presidente Julio Argentino Roca. Su gestión se centró en la extensión y control de los ferrocarriles, en esa época mayoritariamente en manos de capitalistas británicos. Si bien en un principio se mostró partidario de continuar la misma política anterior, posteriormente intentó controlar las empresas ferroviarias y deploró la enajenación de los ferrocarriles estatales por los gobiernos anteriores. Logró expandir las líneas del estado nacional, sin permitir que los ferrocarriles extranjeros se apoderaran de esas líneas una vez construidas. Incluso logró recuperar el control de algunas líneas menores, cuyo control por parte de empresas extranjeras era precario. En respuesta, algunos ferrocarriles se fusionaron en forma fraudulenta, según denunciaba el propio ministro; la operación fue autorizada por el mismo presidente.2
No pudo impedir uno de los negociados más sonoros de la época, como fue la concesión de la ampliación y explotación de la totalidad del puerto de Rosario.
Pasó posteriormente a ocupar el cargo de Ministro de Agricultura del mismo gobierno, hasta 1900. Su más notoria gestión estuvo orientada a impedir que el gobierno de la provincia de Buenos Aires gravara con un impuesto las guías de campaña, que operaban como documento certificante para el tránsito de animales en pie desde el campo a los frigoríficos.
En 1906 volvió a ser electo gobernador de la Provincia de Mendoza, sucediendo a Carlos Galigniana Segura. Dedicó su gestión a la obra pública, y contrató a expertos para dirigirla, como Carlos Thays, Emilio Coni, y Francisco Latzina. Construyó caminos, puentes, obras de riego, tranvías eléctricos, grandes edificios públicos y escuelas. Firmó contratos con empresas generadoras de electricidad, extendió la capital de la provincia hacia el oeste, y terminó el Parque General San Martín, contratando al escultor Juan Manuel Ferrari la erección del Monumento al Ejército de Los Andes en el Cerro de la Gloria.2