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Así es Cromañón, la serie sobre la tragedia que marcó miles de vidas

Se estrenó la producción de Prime Video y About Entertainment. Con errores y aciertos, puso en debate un tema doloroso que invita al ejercicio de la memoria.

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EL DIARIO digital

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Ya está disponible Cromañón, la serie de Prime Video que aborda lo sucedido en el incendio del local del barrio porteño de Once el 30 de diciembre de 2004, durante un recital de Callejeros. Dirigida por Marialy Rivas y Fabiana Tiscornia, cuenta la tragedia que dejó un saldo fatal de 194 muertos, a través de un relato ficcional y dramático sobre la vida de un grupo de amigos de Villa Celina (curiosamente el barrio de la banda anfitriona) que asistieron al evento.

Cabe destacar la relevancia de los guionistas Josefina Licitra, Pablo Plotkin, cuyo bagaje periodístico enriquece la serie mediante la construcción testimonial y las vivencias en primera persona al momento de cubrir el caso Cromañón. El guion está basado en dichos testimonios. A ellos se sumó Martín Vatenberg, con reciente dirección en la exitosa biopic de Cris Miró.

También es menester destacar que Cromañón se presenta con respeto hacia víctimas y sobrevivientes, y la construcción se basa en cómo vivía la juventud adolescente en el contexto posterior a la crisis de 2001, en el conurbano bonaerense y en la mayoría de los barrios argentinos.

Está bien llevar a cabo el relato en los personajes que encabezan Olivia Nuss (Malena), Toto Rovito (Nicolás) y El Purre (Lucas). Si bien, su triángulo amoroso no aporta mucho a la trama, puede resultar atractivo ver las inquietudes y ansiedades de los jóvenes en aquellos tiempos y posteriormente sirve para ver lo difícil que fue seguir adelante postragedia.

Es probable que resulte menos chocante iniciar la serie con la historia de este grupo de amigos antes de ir al recital. Siempre fue duro, doloroso y complejo regresar al material de archivo de aquella noche. Los documentales y testimonios están disponibles en YouTube, y los libros y las crónicas tienen un valor inconmensurable. Sin embargo, plantear Cromañón como lo hizo Prime Video, acerca a un público que entra para ser entretenido y puede salir con una idea sobre lo que pasó.

De allí, no tengo dudas que saldrán a empaparse de información y datos concretos. Este mojón de memoria es muy valorable, aunque la ficción presente errores.

En redes se debatió mucho sobre cierta estigmatización de la juventud de aquella época, luego de observar escenas en las que los chicos toman cerveza y fuman porro permanentemente. Pero a decir verdad, eso era parte de la realidad en los barrios.

A su vez, la realización destaca su espíritu creativo y solidario: los personajes del grupo estudian, trabajan, ayudan a sus familias y participan activamente en cuestiones colectivas. Eso también era una realidad.

Un rasgo a señalar, también, es la ausencia de la música de Callejeros. Según explicaron, no cedieron los derechos musicales. El grupo aparece representado en camarines, pero las canciones no suenan. El soundtrack no alcanza a ser representativo de la época. Suenan dos canciones de Las Pelotas, Triste canción de amor por La Renga y dos temas realizados especialmente para la serie, con participación de Santiago Motorizado.

Lo más relevante sucede en los episodios 5 y 6. La experiencia sensorial del incendio está muy bien lograda y ver esas escenas resulta desgarrador. Más allá del fuego y de la lucha por sobrevivir, se vuelve evidente una vez más la actitud de los chicos. En Cromañón, el 30% de los fallecidos perdió la vida al intentar entrar una y otra vez para rescatar a familiares, amigos y a cualquier otra persona.

En el episodio 6, se muestra la reacción desesperada de los padres que dejaron todo lo que estaban haciendo para ir a buscar a sus hijos. Hay un trabajo magistral de Luis Machín en el papel de José Iglesias, el abogado que perdió a su hijo Pedro y se convirtió en el referente de la causa para aquellos familiares que se lo pidieron (en la serie son Carlos y Lucas Binder). Muriel Santa Ana, Esteban Lamothe y Paola Barrientos transmiten el dolor de la pérdida de un hijo en un evento así. Las actuaciones están bien logradas, pero la interpretación de Machín es sobresaliente. Vale reiterarlo.

El abordaje posterior a la tragedia resulta flojo. El foco queda en Malena y la tristeza profunda en la que está sumida, escapando de todo lo que tenga que ver con Cromañón. Finalmente, encuentra razones para volver a casa, reencontrarse con sus amigos y unirse en los pedidos de Justicia.

El resto de los personajes pasa a un segundo plano y dejan en manos de Javier (Kevsho) la crudeza para relatar el estrés postraumático y la ausencia del Estado para tratar psicológicamente con semejante hecho.

Se muestra poco sobre la cadena de corrupción, las condiciones dudosas de los lugares de esparcimiento, la responsabilidad del Jefe de Gobierno de ese momento, ni sobre el conflicto entre sobrevivientes y familiares que también responsabilizaban a Callejeros. Hubo varios juicios, años de lucha, pedidos de expropiación del inmueble para convertirlo en un espacio de memoria y otros detalles que se eligieron no abordar.

Quizás la serie falla en no profundizar en cómo se llegó a Cromañón. En cualquier caso, el saldo es positivo: ya se pueden ver comentarios y debates en redes sociales sobre el tema. Además, jóvenes que expresaban desconocer el caso ahora lo conocen.

Para ver

Cromañón está disponible en Prime Video. Cuenta con 8 episodios de aproximadamente 40 minutos.

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