Entre Pocillos

Cuestión de privilegio

El popularísimo vecino santarroseño Beto Desuque y su amigo el mozo, con el que debaten a diario cuestiones cotidianas. Este domingo se ocuparon un poco de lo que pasa, o deja de pasar, en la Justicia local.

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EL DIARIO digital

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Beto Desuque – ¡Buenas y santas! ¿Cómo anda la muchachada? ¡Salú la barra y también para las mesas del fondo!

Mesero – ¡Betito, querido!... tarde, pero apareciste. Más que un cafecito te digo que a esta hora ya pinta algo sólido.

Beto Desuque – Es que está fresquita la mañanita… ¡Qué frío, hermano! ¿Qué se cuenta? ¿Qué se dice? ¿Cómo anda el barrio?

Mesero – Por acá todo tranquilo, ¡che!... entre el frescor, la crisis y la llegada las vacaciones, está todo medio muerto.

Beto Deseque – Bueno, por lo que leí en El Diario muy tranquilo que digamos no estuvo el centro con el tema de los robos.

Mesero – Ah, por ahí venía la mano… la roturas de las vidrieras.

Beto Desuque – Cuando el río suena…

Mesero – La verdad que el escenario no es el mejor. Esto va a ser un poco más duro que pasar el invierno.

Beto Desuque – Y Fabio, algunos ya tomaron nota de esto y abrieron el paraguas.

Mesero – Ilustrame, a ver…

Beto Desuque – Digo, nomás… viste que el mismo día en que se iba a tratar el Aporte Solidario en la Legislatura, los jueces salieron casi con una velada amenaza.

Mesero – Si, algo vi de lo que distribuyó el Colegio de Megistrados... pero el que más o menos puso la cara fue el José Sappa del STJ.

Beto Desuque – Algo así. Los muchachos amenazan con judicializar lo que ellos mismos después van a resolver.

Mesero - ¿Y cuál es el argumento para no pagar?

Beto Desuque – El mismo de siempre… la "intangibilidad" del sueldo de los señores magistrados y magistradas.

Mesero – ¡Pero hasta cuándo vamos a seguir con ese verso, viejo!

Beto Desuque – Bueno, calma, calma, calma… ¡no te sulfures!

Mesero – Es que a mí me queda cada vez menos y me sacan cada vez más… ¡Estoy como cualquier ciudadano a pie!

Beto Desuque – En eso tenés razón, pero la famosa "intangibilidad" tiene su razón de ser.

Mesero – Ah, sí… no me digas, contate otra a ver…

Beto Desuque – Es una forma de garantía de independencia del Poder Judicial, en el marco de la división de poderes, como garantía de funcionamiento del Estado.

Mesero – Si, todo lo que quieras… muy lindas tus palabras. Pero con ese argumento tampoco pagan Ganancias y ahora a cualquier laburante la van a meter la mano en el bolsillo con eso.

Beto Desuque – En algo tenés razón… yo creo que el mundo aparte en el que viven los jueces no contribuye a que las discusiones constitucionales que involucran al resto de los habitantes se tomen en serio.

Mesero – Bue… me alegro encontrarte de este lado de los mortales.

Beto Desuque – Nadie en su sano juicio podría pensar que por esta famosa intangibilidad son más rigurosos al juzgar algo… más bien se encuentran en una situación más cómoda.

Mesero – O sea… no todos los ciudadanos somos iguales ante la ley.

Beto Desuque – Bueno, en este caso podría decirse que no.

Mesero – La famosa cuestión de privilegios.

Beto Desuque – Y si querés me pongo un poco más leguleyo y te digo que, de última, es el precio a pagar en un Estado de derecho.

Mesero – Bueno, me confundis… al final, ¿de qué lado estás, hermano?

Beto Desuque – Te hago el doble juego, la gran Díaz Lazava, ¡Je!

Mesero – Ya medio que me perdí con esa novela judicial.

Beto Desuque – Vos lo dijiste… es más, creo que a esta altura es una mala novela judicial.

Mesero – Si, ¿no?

Beto Desuque – Viste que hubo mil y una vueltas para que al final pudieran indagarlo al señor juez federal.

Mesero – Si

Beto Desuque – Y cuando por fin se decidió a hablar lo hizo con ganas… ¡Más de 8 horas de declaración!

Mesero - ¡Qué lindo! Me imagino la atención que le deben haber prestado.

Beto Desuque – Y después se presentó en el Tribunal Oral Federal justo cuando declaraban sus denunciantes… ¡Llegó con su familia!

Mesero – ¿Pero no tenía una restricción de acercamiento?

Beto Desuque – Sí.

Mesero - ¿Y lo dejaron entrar en la sala?

Beto Desuque – No, no… se fue a su despacho y observó las declaraciones por TV.

Mesero – Pero eso mismo podría haber hecho en su casa.

Beto Desuque – Dicen que una de las empleadas del Tribunal cuando lo vio a él con su familia, se fue a su casa… un poco atemorizada, claro.

Mesero – Pero eso es un intento de intimidación, viejo.

Beto Desuque – Bueno, vos lo dijiste hacer un rato… ¡La famosa cuestión de privilegios! Para Gil Domínguez, su abogado defensor, no es más que un juez "exigente" al que no lo entienden.

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