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EL DIARIO digital
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Fanáticos de Sport Recife y Santa Cruz se enfrentaron en medio del duelo por el Campeonato Pernambucano.
El clásico entre Sport Recife y Santa Cruz, por el Campeonato Pernambucano, quedó marcado por una serie de enfrentamientos violentos que sacudieron a la ciudad de Recife. Los disturbios comenzaron horas antes del partido y dejaron un saldo de 12 heridos, 17 detenidos y escenas de extrema violencia en las calles, con agresiones, saqueos y vandalismo que obligaron a la intervención de las autoridades.
Las imágenes de los enfrentamientos se viralizaron en redes sociales, mostrando a grupos de hinchas peleando con palos y piedras en los barrios de Madalena, Iputinga y Torre. En uno de los episodios más impactantes, un hincha de Sport Recife fue golpeado por varios rivales y luego atropellado por una motocicleta. El Hospital de la Restauración confirmó que tres de los heridos permanecen internados.
Ante la magnitud de los incidentes, la gobernadora de Pernambuco, Raquel Lyra, desplegó 700 agentes para contener la violencia y anunció duras sanciones: los próximos cinco partidos de Sport Recife y Santa Cruz se jugarán sin público. La medida, que afecta a todas las competencias, busca frenar la escalada de violencia en el fútbol local.
A pesar del caos, el clásico se disputó con normalidad en el Estadio Arruda ante más de 27.000 personas, y Santa Cruz se impuso 1-0 con gol de Douglas Skilo. Sin embargo, la crisis sigue abierta, con los clubes en posiciones opuestas: mientras Sport Recife rechazó la sanción y la consideró una medida injusta, Santa Cruz condenó la violencia y prometió colaborar con las autoridades.
El Gobierno de Pernambuco también sugirió implementar un registro biométrico de hinchas para mejorar la seguridad en los estadios. Mientras tanto, la afición del fútbol brasileño enfrenta un nuevo golpe que reaviva el debate sobre la violencia en el deporte y la efectividad de las medidas preventivas.