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EL DIARIO digital
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En el film de Hans Steinbichler palpitan el alma y la historia moderna del pueblo alemán a través de la dramática existencia de un hombre común. Arte y pensamiento reunidos en una bella película cuyo reparto encabeza Stefan Gorski.
Por Manu Yáñez - Para Fotogramas
Aunque su título remite a aquel bolero que popularizó Antonio Machín, 'Toda una vida' es en realidad una suerte de monumento fílmico erigido en homenaje al espíritu germano. El alma y la historia moderna del pueblo alemán desde su inclinación a la melancolía hasta su entrega a las pulsiones totalitaristas palpitan en cada una de las equilibradas y pétreas imágenes de esta adaptación de la novela homónima del vienés Robert Seethaler.
La película, dirigida por el alemán Hans Steinbichler, atraviesa gran parte del siglo XX acompañando la dramática existencia de un hombre común, pero sus raíces hay que buscarlas en un pasado más lejano. Por un lado, los imponentes paisajes del film evocan el trabajo pictórico de Caspar David Friedrich, que introdujo el Romanticismo en Alemania en el siglo XIX ofreciendo una mirada subjetiva y emocional del mundo natural. Mientras que, del lado filosófico, 'Toda una vida' bebe del ideario de Martin Heidegger y su reconocimiento del valor de la cotidianeidad ordinaria. Arte y pensamiento reunidos en una película cuya belleza contrasta con los esquematismos que puntúan su relato.
Para germanófilos románticos y melancólicos.