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EL DIARIO digital
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Hondo pesar acontece en la familia de Eduardo y en la Comunidad santarroseña. Es que Eduardo ha fallecido a sus 90 años.
Las palabras a continuación procurarán hacer memoria a su persona.
Eduardo nació en 1934 en Santa Rosa. Su infancia y juventud la transcurrió en Buenos Aires. Una vez recibido de médico pediatra, volvió a Santa Rosa donde residía su familia, entre ellos, su abuelo Lucio Molas.
Su profesión alternaba entre la docencia y el ejercicio de la Medicina. Fue docente del Colegio Normal Nº 1 y de la Universidad Nacional de La Pampa. Como médico ejerció en el Hospital Zonal "Lucio Molas", en la entonces Asistencia Pública, en el Sanatorio Santa Rosa y en la Escuela de Educación Técnica Nº 1.
Formó familia con su querida Amalia, Yaya. Juntos criaron y educaron a diez hijos. Luego vinieron sus 20 nietos y así la familia se amplió enormemente.
Eduardo era una persona discreta. Observaba mucho y decía lo justo y pertinente. Valoraba los principios morales y los hacía propios con el ejemplo.
Fue solidario con el Hogar San José Obrero, con los Hogares Don Bosco y con cuanta propuesta le solicitaba ayuda.
Procuró hacer de la medicina un servicio y de la salud un derecho. Atendió una gran cantidad de nacimientos y quienes fueron sus pacientes lo recuerdan por su sapiencia profesional.
Muy poco proclive a medicar, alentaba a la vida saludable y a la calidad nutricional.
Eduardo se fue en silencio y en la intimidad de su familia y sus allegados. Es que los que tuvimos la suerte de conocerlo guardamos anécdotas y recuerdos agradecidos de alguien que supo que la vida consistía en estar atento a los que lo rodean.
Eso siempre lo repetía y a nosotros, sus hijos, nos lo dejó como legado y como responsabilidad.
Memoria agradecida a una persona, padre, docente y médico muy querido por toda la comunidad santarroseña.
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