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EL DIARIO digital
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Apenas pasan un par de días y ya está montando una bici y analizando papeles para hacer justicia. Son horas que se reparten en la vida de Carolina Solera, hecha para cada cosa: competir y ser justa.
El domingo, cuando Julieta Benedetti, una mendocina de 20 años, ganó la Vuelta a San Juan femenina al cabo de 375 kilómetros, sintió que atravesó un dique de punta a punta y recibió el certificado de curso acelerado de ciclismo de elite.
"Para mí San Juan, la Vuelta, con todo lo que significa la provincia, fue una experiencia inolvidable. Me quedé con ganas porque fui para estar entre las quince y terminé en el puesto 33. Si no hubiese sido por una caída, tal vez lo hubiese conseguido", le confiesa a El Diario Carolina Solera.
La pampeana se unió a la Municipalidad de Santa Lucía de San Juan, en una ronda que unió a más de 120 ciclistas de todo el país, entre juniors, elite y másters. Tras el prólogo del miércoles llegó la acción. Y allí, cuando la gente tiene piernas, fuerza y ganas, el caos en la ruta es más probable que improbable.
"Después del prólogo, que fue muy rápido y para velocistas como Estaban Maribel Aguirre, Sofía Martelli, Cristina Greve, llegó la primera etapa de ruta que fue la más estresante. Se fue muy rápido en el pelotón y todas querían estar adelante, todas con piernas. Hubo tres caídas y agarré la última. Fue mala suerte, temía que pudiese pasar eso y era algo que también temían otras corredoras" recordó.
Después de levantarse y pasar el filtro de ese primer parcial en ruta abierta, desafió la segunda etapa del Dique Punta Negra con dos metas muy cercanas. "Salieron muy fuerte de nuevo, pero muy fuerte, y me hicieron una luz pero llegamos. Cuando la pendiente estaba entre el 10 y el 14 por ciento, pude colocarme bien y nos fuimos con un grupo. Después de coronar nos fuimos y agarramos una bajada, con viento cruzado, pero no hubo acuerdo para hacer la fuga y se llegó al sprint. Una pena".
En el arranque del tercer día de competencia, Julieta Benedetti era la pieza central para asaltar el liderazgo e intentar ir por la carrera. "Laburamos mucho como equipo para Juli. Se hizo una fuga y nosotros salimos a cerrarla. Nos organizamos y pudimos llegar en la segunda vuelta. En algún momento tuve posibilidades después de haber estado en un corte, pero no se dio. Al final Juli pudo hacerle 20 segundos a Maribel (Aguirre), y a Sofía Martelli, en una etapa decisoria. El domingo tuvimos que controlar el pelotón de la cantidad de piques y ataque que sufrimos, pero lo pudimos hacer", indicó.
Respeto
Carolina Solera siente que está en el lugar correcto y en el momento indicado. No puede mirar atrás y pensar en un imaginario sueño. Pero sí suponerlo. "Si hubiese empezado antes, en el ciclismo de ruta, tal vez hubiese tenido menos miedo. Pero ahora tengo mucho respeto, porque si me caigo, tengo otras responsabilidades que tienen que ver con lo laboral. Lo que noto, cuando estoy en la ruta, es que si sabés ubicarte y estás adelante, leés mejor las carreras y estás como menos expuesta" declaró. "Adelante, cuando encontrás a chicas que han corrido, ves muchas cosas. La manera de ordenarse, de armar escaleras redondas, cuándo atacar, cuando mantener la fuga. Hice un curso acelerado de ruta, je".
Marcando las diferencias con la bici MTB, Caro siente que San Juan fue mejor experiencia que la Doble Bragado femenina en donde fue una de las mejores, por lo que representó la historia de una provincia que vive el deporte desde el segundo uno, y un equipo que le abrió las puertas y la recibió con los brazos abiertos.
Mientras, imagina su próximo objetivo en el Desafío al Río Pinto, en Córdoba, una carrera emblemática en el calendario de tierra. Pero esa es otra historia. Para contar en otro momento.