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"Disfruto de acelerar autos en la tierra"

El Indio acaba de coronarse campeón de la Clase N3 en el Rally Regional, en Chivilcoy. Y dice que tiene la misma pasión que el primer día

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EL DIARIO digital

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"En la largada simbólica, en Chivilcoy, se acerca un hombre a saludarme y me dice: 'Indio, qué bien que estés acá, de nuevo… es una alegría para todos. Cuando nos pusimos a hablar, le recordé el año 86, cuando mis primeras carreras, y me dijo que él había nacido ese año. Tal vez su tío, su padre, o su abuelo, le han contado de mí y ahora me puede ver. ¿Si me considero un mito? No, para nada. A mí me gusta acelerar autos de carrera en la tierra".

El doctor Miguel Marino acaba de sumar, a los 67 años, una línea más a su extraordinario curriculum como deportista.

Pocos, en la historia del automovilismo, tienen los lauros del Indio fuera de casa. El finde, en Chivilcoy, ganó la penúltima fecha de la Clase N3 del Rally Regional (antes Federal) Homenaje a Sebastián Porto y se consagró campeón a falta de una fecha.

Navegado por Joaquín Tofay, a bordo de un Renault Sandero, Marino llevó otra vez el nombre de Macachín, esa cuna inacabable de pilotos de rally, a lo más alto.

"El mérito, me parece, pasa por hacer las cosas bien en carrera. A mí lo que me gusta es doblar a 180, ver los árboles al costado, y sentir que tenés el control sobre el auto, que el auto te responde a lo que le pedís. Eso, y una cirugía de urgencia, son las cosas que me llevan al límite y me generan una gran adrenalina. Me mantienen vivo", le cuenta a El Araucanito mientras está junto a su mujer Patricia que vivió a su lado los mayores éxitos deportivos. 

- La primera pregunta que se hace es si ahora que sos campeón pensás en un añito más.

- Ya estoy pensando en el año que viene, no tengas dudas, con el mismo auto. No sé cuanto tiempo más, pero que sea lo que Dios quiera. La persona que está a mi lado lo está sabiendo, je.

- Hay una pasión en lo que decís y eso no ha cambiado nunca. ¿Pero disfrutás más ahora, en este ambiente, más en familia?

- No fui un tipo conflictivo en el ambiente, siempre he tenido buena onda con la mayoría de mis rivales. Lo que valoro es, tal vez, que me siento apreciado… esa sería la palabra. Y me quedo con eso. Fue antes y es ahora. Además siempre he sido un tipo franco, no he escondido nada. Si alguien con poca experiencia viene y me dice: "Indio, ¿cómo tendría que tomar aquella curva?", yo se lo digo. Y no guardo nada.

- Es un campeonato más… Pasan los año y seguís sumando. ¿Qué te pasa por adentro cuando manejás un auto de rally?

- A mí lo que me gusta es andar rápido por el camino de tierra, que gane un campeonato o una carrera es un accesorio. Más de lo que hice en el pasado no creo que pueda hacer. Sin embargo me mantiene vivo seguir pasando a 180 al lado de los árboles. Es una adrenalina que me mantiene activo y contento. Voy a la carrera y no es que tenga una euforia desbordante, pero la paso bien. 

- La sensación es que es otra etapa, la tuya, con los hijos grandes, con la operación en el medio, pero los resultados son los mismos.

- Sí, es otra cosa. Antes por ahí tenías que ser más competitivo, estar pendiente, para no equivocarse y no cometer errores. Tal vez había que responder a muchas cosas, a muchos errores. Pero lo que es lo mismo es la esencia de esto, de estar sobre un auto de carrera en tierra. Volar, caer, agarrar vados con agua, sin agua, andar rápido… Sentir que uno mismo puede controlar el auto, que el auto hace lo que uno quiere, obedece a la idea… La esencia sigue siendo la misma. Me parece que si le preguntás a Colapinto en la F1, o a Oggier en el Mundial de Rally, les debe pasado lo mismo. Por más de que sean tipos fuera de serie, disfrutan de ir a fondo, les gusta esa sensación de velocidad y poder llevar el auto que manejan a dónde quieren. En cada cosa, hay una demanda física y económica muy grande. 

- Sos una especie de mito del rally regional. Tal vez le puedas contar eso a tus nietos o ellos sepan algo de lo que construiste corriendo autos en tierra.  

- Eso de mito te lo agradezco, agradezco la expresión pero es demasiado tal vez. Con la gente que hablo, en el parque de asistencia, durante las presentaciones, en las simbólicas, se sienten contentas de que yo esté. Es lo que decía, me siento apreciado. Ahora, cuando corro, trato de no irme afuera y llegar al final. Estoy muy agradecido, también, al trato que tengo siempre con los periodistas… Por ahí uno no corre para que lo miren, pero la verdad es que al final sí, es lo que hacemos. 

En 2018 Miguel se operó de una hernia de disco lumbar. Le costó volver, pero el rally había dejado secuelas. Pero eso no detuvo su pasión, su fuego interno.

"Hoy estoy un poco torcido para la derecha. Si me veo las placas parece que tengo 15 años más y en mi cabeza, tengo 15 o 20 años menos. Trato de hacer lo que hice siempre. No soy el mismo en cuanto a coraje, transito los mismos caminos que hace veinte años, paso por lugares que he pasado unas cuarenta veces, y por ahí levanto un poco" relata.

- ¿Disfrutás como el primer día?

- Sí, igual. El rally es como un trabajo, en un momento me pasó que faltaba una semana para la carrera y decía: "Otra vez a hacer mil y pico de kilómetros en la camioneta, hacer la hoja, la parte administrativa, el shakedown…". Después de un tiempo volví. Y ahora, sabiendo que soy campeón, voy a ir a correr igual a Alberti, el Coronación, en noviembre. Pero soy un agradecido a toda la gente que me acompaña. En lo personal siento que voy a cada carrera con la misma alegría de siempre, porque sé que voy a disfrutar como el primer día.

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