El ciclista santarroseño tuvo un control analítico adverso en San Luis, en 2020. Fue suspendido 4 años por la CNAD. "Estoy arrepentido" dijo.
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EL DIARIO digital
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“No es para nada agradable lo que estoy pasando. Se me informó en el mes de agosto, hubo audiencias, cartas documentos, y se llegó a la sanción de que son tres años y no cuatro como dice el comunicado de Facpyr, porque yo confesé de manera inmediata. Mis allegados sabían, como es lógico, y yo no cambio, sigo siendo la misma persona de siempre” dice Julián Barrientos, en casa de su padre Fabián y enfrentando la situación con el dolor claro con el que convive desde que le informaron que su control, previo a la Vuelta del Porvenir de San Luis 2020, había sido positivo.
El dolor del que se habla es el de un control analítico adverso que le privará de competir en cualquier ámbito. De acuerdo al testimonio del propio Julián, “la inhabilitación es por tres años” por haber admitido su error de manera inmediata y por ser un corredor sin antecedentes; según la Federación Argentina, la pena es de cuatro años y podría regresar a competir en 2024.
La información fue oficializada en las últimas horas por la FACPyR, después de recibir los resultados de la Comisión Nacional Antidopaje. Además del pampeano, también fueron publicadas las y los sancionados con penas muy duras Juan Molina, Diego Tivani, Alfredo Lucero, Agustín Faysse, Nazareno Yeri, Sebastián Medina, Aníbal Borrajo, Alejandro Borrajo, y Anahí Acosta.
Barrientos, a los 27 años, afronta la situación con dolor, con la mirada en el espacio para decir cada palabra con cautela. La sustancia encontrada es un “recuperador”, tras haber corrido en Mendoza y a punto de largar con el equipo Barrio Fitte la Vuelta al Porvenir en San Luis. El control fue sorpresivo. El decimocuarto en toda su carrera deportiva.
“Sabía que la sustancia podía estar. Yo corrí toda mi vida en bicicleta, para la selección argentina, para muchos equipos... Creo en el deporte limpio, entreno gente, entreno chicos, y nunca alenté ni alentaría el uso de sustancias, por eso mi sensación es de arrepentimiento. Estoy arrepentido desde el primer momento” aporta, en voz baja, pausada.
En este tiempo de nubes negras, se tuvo que rearmar desde lo anímico. Y para eso recibió “mucho apoyo de la familia”, preparando su cabeza para el futuro. “Sé que voy a necesitar mucho apoyo, porque ahora va a venir lo más duro. No voy a dejar la bici, voy a seguir andando, pero hay que mirar para adelante. El mes que viene empezaré en el ISEF de General Pico Educación Física. Esto sigue”.
Sus ganas hoy pasan por no mirar el tiempo del castigo y contar días. En retrospectiva, donde tienen lugar el arrepentimiento y el error, Barrientos descarta la vuelta. Quiere imaginar que la bici estará a su lado hasta el último de sus días, pero no se imagina, por lo pronto, ese día para estar de nuevo en línea de largada. Se perdió el deseo.
El pelotón
El ciclismo es un círculo pequeño. Es una burbuja donde cada uno sabe cada detalle del otro. Y ahí, en ese grupo multicolor de las rutas y caminos y montes provinciales, Julián encontró a muchos de sus compañeros y compañeras de entrenamientos respuestas de ánimo.
“Cuando empezó a hablarse del rumor, hubo muchos que vinieron y me apoyaron. Y me lo dijeron en la cara, me hablaron de frente. Los que no lo hicieron, hablaron por atrás. Pero sí, he sentido que me estaban apoyando por el momento que pasaba” declara.
Ahora, en este tiempo, encontró una manera diferente de hacerse de energías en el ciclismo. No ya en competencia. “Dentro de lo malo que significa lo que me está pasando, puedo sacar algunas cosas. Siempre tuve la cabeza ocupada con la bicicleta durante mi carrera. Nosotros nos encerramos en un pequeño mundo que pasa de un fin de semana, y otro, y otro, y nos olvidamos de algunas cosas. Ahora estaré de otra manera en el ciclismo, con los chicos, estudiando una carrera… Puede que vuelva, como puede que no. No hace bien pensar eso, lo mejor es tener la cabeza ocupada en otra cosa y dejar que pase el tiempo y esperar”.
En plena pandemia, donde fue cadete, dio clases y se reinventó como muchos, encontró la fuerza para seguir latiendo y mirar lejos. “Voy a seguir dando clases. El ciclismo es un deporte que amo siempre está conmigo. De esto hay que aprender y aprender rápido. Tendré que pagar, respetar la sanción, y buscar la satisfacción personal en otras cosas”.
“Este tipo de noticias a todos les afecta, a algunos más y a otros menos. Yo la pude digerir porque me enfoqué en otras cosas. Hoy en día tengo una escuela de ciclismo con 35 chicos, más todos los ciclistas mayores que entreno, más los que salen conmigo de noche. El ciclismo va a ser parte de mi vida de acá hasta el final, seguramente”.
Julián, declarado ganador de la edición 2018 de la Clásica del Oeste, la tradicional Doble Bragado, se pulió como ciclista en Europa, con mucho tiempo en País Vasco donde fue sometido a controles que arrojaron un ”pasaporte” sin manchas.
“Este fue el decimocuarto control de mi vida desde los 16 años. Nadie me regaló un título argentino, ni una medalla panamericana, ni una vuelta. Más de una vez he entrenado más de 300 kilómetros diarios, me he preparado como el que más. Pero ya está. Hay que pasar página. Salió así y creo que lo que viene pasando con el ciclismo, en los últimos años, es para mejor, es para un deporte más limpio. Incluyendo mi caso”.