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Los astronautas de la NASA varados en el espacio regresaron a la Tierra: cómo fue la misión

Llegaron cerca de las 22 horas GMT. Los estadounidenses Butch Wilmore y Sunita Williams amerizaron frente a las costas de Florida a bordo de una nave de SpaceX, junto a otros dos tripulantes. Finalmente, terminó la misión de 8 días en el espacio, que se prolongó por más de 9 meses por problemas técnicos

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EL DIARIO digital

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Después de una prolongada odisea espacial, Butch Wilmore y Sunita Williams, más conocidos en los últimos meses como los "astronautas varados de la NASA", finalmente iniciaron el camino para regresar a la Tierra, hecho que se concretó hoy a las 21.57 horas GMT (18.57 en Argentina, 15.57 hora en México y 14.57 hora en Colombia).

Los dos estadounidenses se convirtieron en figuras conocidas en los últimos meses debido a su inusual y prolongada permanencia en la Estación Espacial Internacional (EEI), un tiempo que originalmente estaba destinado a durar solo 8 días, pero que terminó extendiéndose a más de 9 meses.

A bordo de la misión Crew-9, Wilmore y Williams, partieron rumbo a la Tierra junto con el estadounidense Nick Hague y el ruso Aleksandr Gorbunov. Tras un cálido saludo con los tripulantes que permanecen en la EEI, el cuarteto entró en la cápsula y cerró su escotilla a las 03.05 GMT de esta madrugada, antes de su desacople dos horas después.

"Los extrañaremos. Tengan un excelente viaje a casa", gritó la astronauta Anne McClain de la NASA desde la estación espacial mientras la cápsula se alejaba sobre el Pacífico.

La NASA reanudó el proceso de descenso a las 20.45 GMT (17.45 hora argentina; 14.45 hora de México; y 15.45 hora de Colombia), que es meticulosamente planeado y ejecutado. Allí, la cápsula Dragon siguió una serie de etapas, incluida la desorbitación y la posterior fase de amerizaje, prevista para realizarse frente a la costa de Florida.

La precisión de estas maniobras fue crucial, ya que el éxito de cada paso dependía de factores como la velocidad, el ángulo de descenso y la sincronización de los paracaídas, que fueron los responsables de garantizar un aterrizaje seguro.

La cápsula Freedom realizó una prueba de desorbitación a las 21.11 GMT. 46 minutos después, a las 21.57 GMT, Dragon desplegó sus paracaídas frente a la costa de Florida y cayó al mar, para luego recibir asistencia de un barco que rescató a la tripulación y abrió la cápsula alrededor de 40 minutos luego del amerizaje. Esto marcó la "primera bocanada de aire fresco" para estos astronautas luego de meses, según comentaron en la transmisión en vivo de la NASA.

Sucedió en el Golfo de México, que el propio presidente Donald Trump comenzó a nombrar como Golfo de América, tras firmar una orden ejecutiva que renombra esta masa de agua.

Un periplo en el espacio

La misión espacial de Wilmore y Williams comenzó el 5 de junio de 2024, a bordo de la nueva cápsula Starliner de Boeing, que iniciaba su primer viaje tripulado al laboratorio orbital. Sin embargo, una serie de fallos técnicos, obligó a la NASA a mantenerlos en la estación espacial mucho más tiempo del esperado.

Aunque la agencia espacial insistió en que los astronautas no estaban "varados", su regreso a la Tierra se convirtió en un proceso mucho más largo y complicado de lo previsto, que incluyó discusiones políticas y un cambio de presidente en los Estados Unidos.

La cápsula Dragon de SpaceX, en su misión Crew-10, finalmente fue lanzada el 16 de marzo de 2025 desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, con una tripulación de relevo. Cuatro astronautas, incluidos los estadounidenses Nichole Ayers y Anne McClain, el ruso Kirill Peskov y el japonés Takuya Onishi, fueron enviados a la EEI para reemplazar a Wilmore y Williams, así como a otros miembros de la tripulación de la estación.

La NASA afirma que este proceso de rotación de tripulantes es esencial para mantener la operación continua de la estación y garantizar que las investigaciones científicas y las misiones se realicen sin interrupciones.

El regreso de Wilmore y Williams es particularmente significativo, ya que su misión estuvo marcada por una serie de desafíos inesperados. A bordo de la cápsula Starliner, que originalmente debía ser parte de una misión de corta duración, los astronautas se enfrentaron a una serie de fallos en los sistemas de propulsión de la nave.

Estos problemas incluyeron fugas de helio y fallos en los propulsores de control de reacción (RCS), lo que obligó a los ingenieros de la NASA a trabajar sin descanso para intentar repararlos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por restaurar la funcionalidad de la nave, los fallos no pudieron ser solucionados a tiempo para el retorno de los astronautas.

La decisión final de la NASA fue retirar la cápsula Starliner sin tripulación y, en su lugar, enviar a los astronautas a la Tierra con la cápsula Dragon de SpaceX, que estaba en condiciones de realizar el regreso de manera segura.

"Esta medida, aunque desafiante, refleja la capacidad de la agencia para adaptarse a situaciones imprevistas y garantizar la seguridad de los astronautas en todo momento", aseguran desde la NASA.

A pesar de las dificultades, Wilmore y Williams continuaron con sus labores en la EEI, contribuyendo a las investigaciones científicas y participando en diversas actividades de mantenimiento en la estación.

Una de las tareas más importantes que Wilmore y Williams realizaron durante su tiempo en el espacio fue la realización de caminatas espaciales o EVA (actividad extravehicular). Estas caminatas fueron cruciales para completar reparaciones en los equipos de la EEI, en particular en el sistema de comunicación por radio, que había presentado fallos en varias ocasiones.

Williams, además, logró un hito histórico al convertirse en la mujer que más tiempo pasó caminando en el espacio, con un total de 62 horas y seis minutos. Este logro refleja la dedicación y el compromiso de la astronauta, que no solo contribuyó al mantenimiento de la estación, sino que también desempeñó un papel fundamental en la formación de nuevas generaciones de científicos y astronautas.

Aunque la NASA insistió en que Wilmore y Williams no estaban "varados", la prolongación de su misión demostró que incluso las misiones más cuidadosamente planificadas pueden enfrentar contratiempos inesperados.

La situación de Wilmore y Williams ha recibido mucha atención, especialmente en los últimos dos meses. Recientemente, tanto el presidente Trump como el director ejecutivo de SpaceX, Elon Musk, los han descrito como "varados" en órbita a pesar de su regreso a casa en la Crew Dragon, y Musk ha afirmado que la administración Biden los dejó allí más tiempo del necesario "por motivos políticos".

"Sin duda, ha sido difícil a veces", dijo Wilmore en una entrevista con Michael Barbaro, presentador del podcast "The Daily" de The New York Times. "Pero, ¿varados? No. ¿Atascados? No. ¿Abandonados? No."

Como explicó Wilmore en una conferencia de prensa en marzo, "Llegamos preparados para una larga estancia, aunque planeábamos una corta. Eso es lo que hacemos en los vuelos espaciales tripulados, planificar para contingencias desconocidas e inesperadas. Y lo hicimos". Esta actitud proactiva y flexible es esencial para el éxito de cualquier misión en el espacio, un entorno que siempre estará lleno de incertidumbres.

Por otro lado, las condiciones de vida en el espacio también son un desafío constante para los astronautas. En la EEI, los astronautas deben adaptarse a un entorno de microgravedad, donde todo se comporta de manera diferente a como lo haría en la Tierra. La vida diaria en la estación está marcada por la falta de gravedad, lo que afecta a las tareas más cotidianas, como comer, dormir y moverse.

Aunque los astronautas se acostumbran rápidamente a este nuevo entorno, los efectos a largo plazo de la microgravedad en el cuerpo humano aún son objeto de estudio. Además, el aislamiento social, la distancia de la Tierra y la falta de acceso a los aspectos más sencillos de la vida cotidiana, como el clima o los amigos y familiares, son desafíos psicológicos que los astronautas deben superar.

En una de las entrevistas más recientes, Williams compartió su añoranza por las pequeñas cosas de la vida en la Tierra. "Una de las razones por las que extraño a mis perros es porque puedo sacarlos a pasear, y cuando lo hago, a veces llueve, a veces hace viento, a veces hace calor", comentó. Estos pequeños detalles, aunque pueden parecer triviales desde una perspectiva terrícola, son muy significativos para quienes pasan largos períodos en el espacio, lejos de su entorno familiar.

El regreso de Wilmore y Williams también es una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de la estación espacial y la exploración espacial en general. La EEI sigue siendo un laboratorio crucial para la investigación científica y tecnológica. No solo permite a los astronautas estudiar el espacio, sino también realizar investigaciones que podrían ser fundamentales para futuras misiones más allá de la órbita terrestre, especialmente hacia la Luna y Marte.

La colaboración entre la NASA, SpaceX y otras agencias espaciales está impulsando avances en áreas clave como la biología, la medicina y la ingeniería, que podrían transformar nuestra capacidad para explorar el espacio profundo.

El regreso de estos astronautas marca el fin de una fase de operaciones en la estación, pero también abre un nuevo capítulo en la investigación espacial, con Crew-10 a bordo de la EEI.

La rotación de tripulaciones es esencial para garantizar que la estación siga funcionando con eficacia y sin interrupciones, y la llegada de nuevos astronautas asegura que continúen los trabajos científicos y tecnológicos en el espacio.

A pesar de que su misión no rompió récords de permanencia en el espacio, la experiencia vivida por estos astronautas pone en evidencia la importancia de la preparación, la resiliencia y la adaptabilidad en el contexto de las misiones espaciales. Los desafíos que enfrentaron a bordo de la EEI son una muestra de los riesgos inherentes a la exploración espacial, pero también del compromiso y la valentía de aquellos que se embarcan en estas misiones.

Con el regreso de Crew-9 a la Tierra, la EEI continuará su operatividad con una tripulación renovada, lista para asumir nuevos retos y contribuir al progreso de la humanidad en su camino hacia el espacio profundo.

El caso de Wilmore y Williams no solo resalta los desafíos logísticos y técnicos de las misiones espaciales, sino también la capacidad de la humanidad para enfrentar lo inesperado y seguir adelante.

La historia de estos astronautas "varados" es, en última instancia, un testimonio de la importancia de la investigación espacial, que sigue siendo una de las fronteras más emocionantes y cruciales de nuestra era.

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