Ciencia

Polaris Dawn, la nueva misión de SpaceX que intentará lo que nunca se ha hecho

A diferencia de otras expediciones, Polaris Dawn no se dirige a un destino fijo, sino que será una travesía orbital libre, con el objetivo de alcanzar altitudes jamás exploradas por seres humanos en más de 50 años.

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EL DIARIO digital

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A finales de este mes, SpaceX se prepara para lanzar su próxima misión privada, Polaris Dawn, un evento que promete no solo marcar un hito en la exploración espacial comercial, sino también llevar a cabo la primera caminata espacial realizada por particulares.

Esta ambiciosa misión, encabezada por el multimillonario y fundador de Shift4, Jared Isaacman, está programada para despegar en la madrugada del 26 de agosto desde Florida, un momento que será tanto simbólico como histórico.

En palabras del propio Isaacman, quien ya lideró el histórico vuelo de Inspiration4 –la primera misión espacial de SpaceX con una tripulación formada completamente por civiles– en 2021, el lanzamiento de Polaris Dawn se alinea perfectamente con el nombre de la misión, evocando el amanecer de una nueva era en la exploración espacial.

saacman, que estará al mando de la nave, ha vuelto a reunir un equipo de cuatro personas, entre las que se incluyen su colega Scott Poteet como piloto, y las empleadas de SpaceX, Anna Menon y Sarah Gillis, que actuarán como oficial médica y especialista de misión, respectivamente.

La misión Polaris Dawn, a diferencia de otras expediciones, no se dirige a un destino fijo, sino que será una travesía orbital libre, con el objetivo de alcanzar altitudes jamás exploradas por seres humanos en más de medio siglo. 

Riesgos y desafíos

A bordo de la cápsula Dragon, el equipo espera alcanzar una órbita que oscilará entre los 190 y los 1.200 kilómetros de altitud, una hazaña que implicará navegar por zonas de alta radiación y superar desafíos técnicos de gran envergadura.

Así, uno de los momentos más esperados de la misión, y a la vez más peligrosos, será la caminata espacial. Este tipo de actividad, conocida en términos técnicos como Extravehicular Activity (EVA), ha sido una parte regular de las misiones tripuladas de la NASA, pero nunca antes había sido probada por una misión privada. 

El equipo afrontará condiciones extremas que incluyen cambios bruscos de presión y temperatura, así como el estrés psicológico de estar en un entorno hostil. 

El primer día de la misión estará dedicado a encontrar la ventana de lanzamiento con el menor riesgo de impactos de micrometeoritos y, tras alcanzar la órbita planificada, se realizarán revisiones exhaustivas de la cápsula Dragon para garantizar que todo funcione a la perfección antes de ascender a altitudes aún mayores.

Durante el segundo día, el equipo se centrará en los experimentos científicos previstos, que suman un total de cuarenta. Estos estudios, entre los que se incluyen investigaciones sobre los efectos de la radiación espacial en la salud humana, serán clave para futuras misiones de larga duración, como las que se proyectan hacia la Luna o Marte. 

El tercer día marcará el momento cumbre: la caminata espacial. Sin una esclusa de aire en la cápsula, los cuatro miembros del equipo se prepararán para la actividad, aunque solo Isaacman y Gillis saldrán al vacío del espacio, mientras que Poteet y Menon permanecerán dentro como apoyo. La caminata espacial, que durará aproximadamente dos horas, será retransmitida en directo, con cámaras tanto dentro como fuera de la cápsula para capturar cada momento de esta hazaña histórica.

Un paso decisivo hacia los viajes espaciales comerciales

El desarrollo de los trajes espaciales EVA ha sido una tarea monumental para SpaceX. Derivados de los trajes intravehiculares (IVA), estos nuevos trajes están diseñados para ofrecer mayor movilidad, incorporar pantallas en los cascos, y emplear textiles avanzados y materiales innovadores. 

La misión Polaris Dawn no solo busca probar estos trajes, sino también avanzar hacia un diseño escalable que eventualmente permita la creación de miles de trajes para futuros colonos en la Luna y Marte.

En última instancia, Polaris Dawn no solo empujará los límites de lo que es posible en el ámbito de los vuelos espaciales privados, sino que también servirá como un faro de inspiración, mostrando un futuro donde la vida humana se extiende más allá de la Tierra.

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