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Problemas comerciales y pérdidas económicas por olor en el grano de trigo 

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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El almacenamiento de trigo en silos de chapa y bolsones plásticos es una práctica común en la agricultura argentina, pero cuando no se realiza adecuadamente puede generar problemas de calidad en el grano, especialmente en lo que respecta al olor. Estos problemas, originados por condiciones de humedad inadecuadas, roturas del film de polietileno, así como el fenómeno de "fondo de silo", pueden derivar en pérdidas económicas significativas al momento de comercializar del grano a molinos harineros.

Este problema es normalmente asumido por el acopio o la cooperativa, pero con el auge de los "silos chacras" y silos bolsa, junto a la llegada de los compradores del molino de manera directa al productor agropecuario eliminando la intermediación, ha generado que muchos agricultores empiecen a vivir en carne propia este tipo de inconvenientes lo cuales sueles ser costosos y complejos de resolver.

La presencia de olor en el grano de trigo generalmente se debe a que es almacenado con un contenido de humedad superior al 13.5%, lo que sumado a las altas temperaturas del verano pueden provocar la proliferación de hongos y bacterias que generan malos olores. A su vez, la falta de ventilación adecuada en el silo de chapa puede conducir a la acumulación de humedad, favoreciendo la aparición de olores desagradables. En el fondo del silo ocurren fenómenos de condensación de humedad, así como la acumulación de restos de cosechas anteriores que pueden fermentar y contaminar el grano nuevo, impartiendo olores indeseables. Algo similar ocurre en los extremos del silo bolsa, que suelen estar más expuestos a las fluctuaciones climáticas, pueden sufrir daños que permiten la entrada de agua o aire, promoviendo la fermentación del grano.

Un grano de trigo con olor es automáticamente desclasificado por los molinos harineros, lo que reduce su valor comercial. En lugar de ser considerado trigo de alta calidad, puede ser clasificado como trigo fuera de estándar, o peor aún ser tipificado como trigo forrajero, con un precio significativamente inferior. En casos extremos, el olor fuerte puede resultar en el rechazo total de la carga por parte del molino, obligando al productor a asumir los costos de transporte de retorno. La otra alternativa es ir a una acondicionadora o aceptar condiciones de venta menos favorables.

La entrega de grano en mal estado puede dañar la relación comercial entre el productor y el molino, reduciendo la posibilidad de futuros negocios o afectando la reputación de ese productor en el mercado. Los molinos aplican descuentos significativos en el precio del trigo con olor, que pueden variar, dependiendo de la severidad del problema. El trigo de alta calidad generalmente recibe bonificaciones por parte de los molinos. La pérdida de estas bonificaciones debido a problemas de olor implica una disminución directa en los ingresos del productor.

Como mencionamos antes, en algunos casos, el trigo con olor puede ser enviado a plantas de limpieza o secado para intentar mejorar su condición, incurriendo en costos adicionales que pueden no ser recuperados en el mercado. El rechazo de una carga por parte del molino implica costos adicionales de transporte si el grano debe ser trasladado a otra ubicación o retornado a origen.

En conclusión, el manejo inadecuado del trigo durante su almacenamiento puede originar problemas de olor que afectan negativamente su valor comercial y generan pérdidas económicas considerables. Es esencial que los productores implementen prácticas rigurosas de control de humedad, ventilación y mantenimiento de los silos para evitar estos problemas. La inversión en almacenamiento adecuado y en tecnologías de monitoreo puede ser clave para garantizar la calidad del grano y mantener su competitividad en el mercado.

Una mención especial merece el caso de los silos bolsa ultra reforzados que algunas empresas ofrecen. Consiste en un silo bolsa especial, de mayor micronaje al tradicional bolsón reforzado, lo que aumenta las propiedades mecánicas, disminuyendo los riesgos de roturas por roedores, restos vegetales o manipuleo, disminuyendo drásticamente este tipo de problemas en granos depositados en tubos de plástico por más de 5 meses.

(*) Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) -Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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