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La Pampa puede duplicar su superficie agrícola

Por Mariano Fava (*)

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EL DIARIO digital

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La provincia de La Pampa es una región principalmente conocida por su potencialidad ganadera, pergamino que tiene bien ganado. Sin embargo, si la locomotora de la economía provincia es está noble, importante y promisoria actividad, el porvenir de los pampeanos es modesto. La única actividad ganadera que puede competirle de igual a igual a la agricultura como generadora de recursos y creadora de valor es el tambo, fuera de ello, el resto son actividades que acompañan el desarrollo agrícola como un buen furgón de cola, pero nuca puede ser la locomotora.

Es por ello que a pesar de que los programas de incentivos están fuertemente orientados a la ganadería, la realidad es que el stock bobinas está más o menos estancado desde hace años a pesar de los esfuerzos oficiales, mientras que la agricultura crece de la mano de la tecnología y la iniciativa privada.

Es hora de que los pampeanos entendemos que podemos ser una potencia agrícola, con un socio estratégico en la ganadería como usuario de residuos de la industrialización del grano, y si esa ganadería es el tambo mucho mejor.

La provincia tiene una diversidad de suelos con distintas capacidades productivas que podríamos diferencias por clase:

-Clase 1: Suelos de muy buena calidad, sin limitaciones significativas.

-Clase 2: Suelos de buena calidad con leves limitaciones.

-Clase 3: Suelos de calidad media con limitaciones significativas.

-Clase 4: Suelos de baja calidad con limitaciones severas.

Las hectáreas disponibles en La Pampa se distribuyen aproximadamente de la siguiente manera:

-Clase 1: Aproximadamente 1 millón de hectáreas.

-Clase 2: Aproximadamente 2.5 millones de hectáreas.

-Clase 3: Aproximadamente 4 millones de hectáreas.

-Clase 4: Aproximadamente 3 millones de hectáreas.

En La Pampa, se estima que hay un considerable número de hectáreas de suelos agrícolas que no están siendo aprovechados plenamente. Esto incluye suelos de todas las clases que, por diversas razones, no están en producción activa. Lo que nos arroja un incremento potencial del área a producir de aproximadamente 2 millones de hectáreas adicionales, al considerar suelos de clases 1 a 4 no cultivados actualmente.

La necesidad del desmonte y habilitación de nuevas áreas

Aunque el desmonte es un tema sensible, si se considerara la habilitación de nuevas áreas a través de un manejo sostenible y regulado, se podría aumentar la superficie cultivada. La provincia dispone de aproximadamente 500,000 hectáreas en regiones donde el desmonte es factible agronómicamente hablando. Vale mencionar que todo desmonte debe ir forzosamente acompañado de un programa de reforestación en suelos no agrícolas. Un ambiente disponible sería nuestro arbustal de jarilla. La tecnología actual lo permite, solo es cuestión de disponer de capital, para lo cual deben aparecer los incentivos fiscales adecuados.

La eliminación de retenciones podría incentivar a los productores a expandir sus áreas de cultivo debido al aumento en la rentabilidad, permitiéndole entrar a la cancha a una superficie muy importante de suelo que hoy sencillamente están "off side" por los quebrantos que generan los derechos de exportación. Esto podría motivar, de la mano de la inversión en nuevas tecnologías y prácticas de manejo que optimicen el uso de suelos actualmente no cultivados una revolución productiva similar a la que ocurrió en el NOA y NEA argentino, que quienes conocen, dan fe del cambio de realidad que tuvo esa porción del territorio nacional con la llegada de la agricultura. 

Podría incentivar el uso del 50% de las tierras no cultivadas actualmente, lo que representa un incremento potencial de 1 millón de hectáreas. Además, podría facilitar el desmonte regulado, sumando 500,000 hectáreas.

Como conclusión la superficie cultivada actualmente en La Pampa es de aproximadamente 3 millones de hectáreas. El incremento potencial esperado con Suelos no aprovechados por diversas razones asciendo a 2 millones de hectáreas. Si a ello le sumamos el aporte de un posible desmonte regulado con 500,000 hectáreas, el incremento potencial total sería de 2.5 millones de hectáreas, llevando la superficie cultivada total potencial en La Pampa a 5,5 millones de hectáreas.

Este incremento en la superficie cultivada podría transformar a La Pampa en una región agrícola aún más productiva, contribuyendo significativamente al desarrollo local y la producción agrícola nacional. Sin embargo, es esencial implementar políticas de manejo sostenible para minimizar los impactos ambientales y garantizar la viabilidad a largo plazo de estas expansiones. El otro camino, de las prohibiciones y regulaciones, con foco en la ganadería ya lo conocemos y es el que hemos venido transitando.

(*) Ingeniero Agrónomo  (MP: 607 CIALP) -Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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