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Trigo: beneficios e inconvenientes de un invierno gélido 

Por Mariano Fava (*)

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La región pampeana de Argentina, con su vasta extensión y suelos fértiles, es uno de los principales centros de producción de cereales de invierno, especialmente trigo y cebada. Estos cultivos son esenciales no solo para la economía local sino también para la seguridad alimentaria global. En este contexto, las condiciones climáticas juegan un papel crucial en el rendimiento y la calidad de la cosecha. Uno de los factores determinantes es la temperatura durante el invierno.

Ventajas de un Invierno Frío

1. Vernalización Óptima: La vernalización es el proceso por el cual las plantas de trigo y cebada requieren una exposición prolongada a bajas temperaturas para inducir la floración. Un invierno frío garantiza que las plantas pasen por este proceso de manera efectiva, lo que se traduce en una floración más uniforme y sincronizada. Esto es crucial para maximizar el rendimiento, ya que asegura que todas las plantas florezcan y maduren al mismo tiempo.

2. Control de Enfermedades: Las bajas temperaturas invernales ayudan a reducir la incidencia de enfermedades fúngicas y plagas que pueden devastar los cultivos. Patógenos como la roya y el oídio encuentran condiciones adversas para su desarrollo en climas fríos, lo que disminuye la necesidad de aplicaciones químicas y reduce los costos de producción.

3. Crecimiento Radicular y Estabilidad de la Planta: Durante un invierno frío, las plantas de trigo y cebada desarrollan sistemas radiculares más profundos y robustos. Este crecimiento radicular mejorado permite una mayor absorción de nutrientes y agua, lo que es esencial para soportar el estrés hídrico durante la primavera. Además, las plantas con raíces fuertes son más estables y resistentes a las condiciones climáticas adversas como el viento y la lluvia intensa.

Aunque un invierno frío en la Pampa Argentina puede ofrecer varios beneficios para los cultivos de trigo y cebada, también presenta ciertos desafíos y desventajas que los productores deben considerar. Comprender estos inconvenientes es crucial para desarrollar estrategias de manejo que mitiguen los impactos negativos y aseguren una cosecha exitosa.

Inconvenientes de un Invierno Frío

1. Daño por Heladas: Las temperaturas extremadamente bajas pueden causar daño por heladas, especialmente durante las fases tempranas de crecimiento. Las heladas pueden afectar las hojas y los tejidos jóvenes de las plantas, reduciendo su capacidad fotosintética y debilitando su desarrollo. Este daño puede resultar en una menor densidad de plantas y, por ende, en una reducción del rendimiento final.

2. Retraso en el Crecimiento: Un invierno excesivamente frío puede retrasar el crecimiento y desarrollo de las plantas de trigo y cebada. Las bajas temperaturas prolongadas pueden limitar la actividad metabólica y el crecimiento radicular, retrasando el inicio de la floración y alargando el ciclo del cultivo. Esto puede llevar a una cosecha tardía, afectando negativamente las siembras de segunda que resultan clave en la performance económica para campos arrendados.

3. Aumento del Riesgo de Enfermedades Crónicas: Aunque un invierno frío puede reducir la incidencia de ciertas enfermedades fúngicas, también puede favorecer el desarrollo de enfermedades crónicas, como la necrosis por frío o el tizón bacteriano. Estas enfermedades pueden establecerse en los tejidos dañados por las bajas temperaturas, debilitando las plantas y reduciendo su capacidad de recuperación y crecimiento.

4. Problemas de Suelo y Nutrición: Las bajas temperaturas pueden afectar la microbiología del suelo, reduciendo la actividad de los microorganismos beneficiosos que facilitan la descomposición de materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales en las plantas, que requieren un aporte adecuado de nutrientes para un desarrollo óptimo. Además, un suelo frío y húmedo puede dificultar la absorción de nutrientes, afectando negativamente la salud y el vigor de los cultivos.

En resumen, un invierno frío ofrece múltiples beneficios para el desarrollo del trigo y la cebada. La vernalización efectiva, el control natural de enfermedades y plagas, y el fortalecimiento del sistema radicular de las plantas, son factores claves que contribuyen a un pronóstico de cosecha positivo. Al mismo tiempo, es esencial que los productores estén conscientes de los posibles inconvenientes y desafíos asociados. El daño por heladas, el retraso en el crecimiento, el riesgo de enfermedades crónicas y los problemas de suelo y nutrición son factores que pueden afectar significativamente el rendimiento y la calidad de la cosecha.

Por lo tanto, es crucial implementar prácticas de manejo adecuadas, como la selección de variedades resistentes, el monitoreo constante de las condiciones del cultivo y la aplicación oportuna de tratamientos fitosanitarios y nutricionales. De esta manera, se puede mitigar el impacto negativo de un invierno frío, maximizar los beneficios de éste, y asegurar cosechas abundantes, de alta calidad, que fortalezcan la economía de la empresa agrícola.

(*) Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) -Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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