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Cultivos de verano: claves para definir su fecha de siembra

Por Mariano fava (*)

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EL DIARIO digital

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En la columna de hoy nos vamos a referir a un tema que genera amplio debate en el sector agrícola cada año, y se refiere a la fecha de siembra, quizás una de las decisiones mas importantes que deben tomar técnicos y productores a la hora de establecer un cultivo. Un error cometido al escogerla puede llegar a tener impactos productivos de increíble magnitud. Situación que se apreció muy bien las últimas campañas en nuestra provincia, donde las siembras demasiado tempranas se vieron en desventaja respeto a las que se postergaron en el tiempo, pero sin exagerar, ya que los que esperaron demás tuvieron los efectos nocivos de las heladas tempranas.

En el párrafo anterior se ve lo complejo que resulta tomar esta decisión, para lo que hay que tener en cuenta un sin número de variables tales como: pronósticos de lluvia, agua almacenada en el perfil edáfico, especie a implantar, ciclo de madures del cultivo escogido, entro otras. El momento en el cual se decida iniciar la siembra, debe reunir la doble condición de lograr altos desempeños agronómicos, a la vez que nos garantice una estabilidad de producción en el tiempo.

Conocida es la frase que afirma que en la provincia de La Pampa uno debe sembrar cuando hay humedad. Si aceptamos esta lógica, la fecha de siembra la determinarían las lluvias, pues luego de una precipitación los días largos y el fuerte sol de la primavera secan rápidamente la cama de siembra, por lo cual los trabajos se deben realizar rápida y eficientemente. Si bien en parte esto es cierto, también lo es el hecho de que al contar hoy con mayor tecnología tenemos mayor margen de maniobra en este sentido, permitiéndonos decidir con ciertos grados de libertad el momento en el que se colocará la simiente en el suelo.

Al sembrar mas temprano o mas tarde un cultivo, lo vamos a exponer a distintas condiciones ambientales tales como temperatura y radiación diaria, que tendrán a su vez un impacto directo en el rinde obtenido del cultivo. Como regla general podemos decir que siembras mas tempranas tienen mayor potencial productivo teórico, debido que, al atrasarlas el periodo crítico del vegetal, es decir cuando define su rendimiento, éste cae en días que se acortan, ósea con menor radiación solar y temperatura, situación menos favorable para realizar la fotosíntesis.

Sin embargo, toda moneda tiene dos caras y si bien las siembras tardías ostentan menor rendimiento potencial (rendimiento máximo de un cultivo en condiciones ambientales no limitantes), tienen mayor seguridad de producción, pues permite pasar el implacable sol de enero con un cultivo de poco desarrollo (chico). Transcurriendo el período crítico de la especie en un momento cronológico con menor probabilidad estadística de sufrir un estrés, obtenemos como resultado mayor seguridad de cosecha.

Obviamente que lo tardío de la fecha tiene un límite. Este está representado por el riesgo que se quiera correr respecto del potencial daño a sufrir por una probable helada temprana de verano/otoño. Según varios ensayos llevados adelante por técnicos de la provincia de La Pampa en condiciones no limitantes de producción, con aporte de agua y nutrientes ad libitum, la fecha de siembra en la cual el maíz desarrolla sus máximos rindes para nuestra región se ubica en la segunda quincena de octubre. A la vez que se determinó que cada día que uno se aleje de esta ventana de fecha de siembra se resigna alrededor de 140 kilogramos por hectárea y por día de potencial de producción.

También se hizo lo propio para girasol, y el resultado del trabajo determinó que sembrando durante la primera quincena de noviembre el girasol alcanza el máximo rinde, cayendo 40 kilogramos por día el rendimiento al alejarnos de la fecha óptima. A esta pérdida de kilos se le debe sumar un menor contenido de materia grasa.

En soja el tema es mas complicado debido a la gran cantidad de grupos de madurez con que contamos y las diferentes estructuras de cultivo (espaciamiento entre hileras). Pero como regla general podríamos decir que, a partir del 10 de diciembre, cada día que atrasamos la fecha de siembra para esta leguminosa el rendimiento potencial cae aproximadamente 25 kilos por hectárea y por día de atraso en la fecha de implantación.

En resumen, definir la fecha de siembra de un cultivo requiere de un análisis de múltiples variables, algunas de ellas de índole agronómico, pero otras están más relacionadas a la estadística, o incluso a el grado de aversión al riesgo que tenga el empresario en cuestión.

Para finalizar y a modo de sugerencia diremos que las siembras de noviembre sueles ser las mas adecuadas la mayoría de las veces, para la mayoría de las especies que aquí plantamos, siendo la primera quincena del mes la más adecuada para los lotes de mayor vocación productivo, para especies como girasol o soja de grupo de madurez largo. En tanto que la segunda quincena de noviembre se adecúa mejor a lotes de menor vocación de uso y cultivos tales como maíz, sorgo granífero y sojas de grupo de madurez 3 largo o 4 corto.

(*) Ingeniero Agrónomo (MP: 607 CIALP) -Posgrado en Agronegocios y Alimentos- @MARIANOFAVALP

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