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EL DIARIO digital
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En la columna ambiental de hoy vamos a hablar de la forma de producción que revolucionó la historia del Homo Sapiens, la agricultura. ¿Qué tipos de agricultura existen? ¿Cuáles son sus impactos? ¿Existe una forma de producción más sostenible?
Por Florencia Srur (*)
Existen distintos tipos de agriculturas y se pueden categorizar según la cantidad de agua (secano o regadío), de la magnitud de la producción según el mercado (subsistencia o industrial), de la huella ecológica que genere, es decir cuanto Dióxido de Carbono (CO2) libere al ambiente (intensiva o extensiva) y según los métodos u objetivos (tradicional, industrial, ecológica o natural).
Cuando se habla de agricultura industrial se hace referencia a grandes magnitudes de producción, estas son en función del mercado por lo que sería por ejemplo grandes cantidades de solamente soja o maíz o trigo, pero no necesariamente en grandes extensiones de terreno. Este tipo de agricultura de monocultivo (mono=uno o único) en pocas hectáreas, pero con alto rinde se denomina agricultura intensiva. Llegado el caso de grandes extensiones de monocultivo industrial, se denomina agricultura extensiva. La industrialización de la agricultura trae consigo la utilización de maquinaria específica como sembradoras y cosechadoras, entre otros, y de la implementación de agroquímicos como pesticidas y fertilizantes. Esto puede darnos una idea de que es asimilable un campo de estas características con cualquier otra industria. También en relación a los impactos ambientales.
Entre los impactos ambientales que se pueden distinguir en este tipo de producción agrícola se puede mencionar la compactación del suelo, es decir que el suelo queda duro y firme, debido al peso de la maquinaria y de la erosión eólica (por viento, voladura de suelo) producto de dejar el suelo desnudo tras la cosecha, que remueve toda la parte superior del suelo, casi siempre más porosa y blanda, dejando al descubierto un suelo más duro. Además, el hecho de cultivar siempre la misma planta significa que el suelo siempre está "brindando" el mismo nutriente o componente químico, como el fósforo o calcio o nitrógeno, por lo que se pierde riqueza en el suelo por disminución de la fertilidad. También, la mala gestión e implementación de agroquímicos produce contaminación del aire, agua y suelo además de perjuicios a la salud humana.
Ya sé, hay que alimentarse y somos muchas personas en el mundo. Aunque cabe remarcar, que no toda producción agrícola es para comestibles, mucho es para alimento balanceado o para generación de energía por biodisel. Y pese a que existen otras alternativas de producción más sustentables, que no usan agroquímicos y respetan los tiempos del suelo para su recuperación de nutrientes, por ahora no son tan masivos en la producción como los otros métodos mencionados (la descripción de las bases de la agroecología será tema para columnas venideras).
Entonces, ¿qué hacemos?¿Se puede disminuir el impacto ambiental en la agricultura que vemos comúnmente en los campos al ver por la ventanilla del auto en la ruta?. Bueno, entre las posibilidades siempre la educación ambiental es una de las soluciones que tenemos. Muchos productores compran las semillas junto con los agroquímicos (lo cual se denomina "paquete tecnológico") pero desconocen cómo aplicarlos y en qué medida. En el tema de pesticidas y fertilizantes la cantidad justa es fundamental, más nunca es mejor. En esto el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) tiene diversos programas de extensión para productores en el país. Otra alternativa, es cultivar de manera mixta y/o con cobertura de tal forma que el suelo no pierda fertilidad, por lo tanto, al no generarse un empobrecimiento no es necesario aplicar fertilizante artificial, con el agregado de que en estos sistemas de cultivos el suelo queda pocas veces y/o poco tiempo desnudo, por lo que la voladura de suelo y las grandes nubes de polvo dejan de ser un problema, también estos cultivos de cobertura ayudan a que el suelo no se compacte.
Tenemos el conocimiento, tenemos los métodos, tenemos los campos, tenemos la producción, solo falta que integremos un poco más todos estos temas para que la producción agrícola, sustento de varios países del mundo, deje de significar la destrucción de ambientes, el deterioro de la salud y el empobrecimiento del suelo para estos.
(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente, MPnº365. Email: [email protected]