Ambiental

¿Suelos en peligro?

En la columna ambiental de hoy abordaremos el Día Mundial del Suelo.

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EL DIARIO digital

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Por Florencia Srur (*)

El Día Mundial del Suelo se celebra cada 5 de diciembre desde 2014, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó esta fecha a propuesta de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Este día busca generar conciencia sobre la importancia vital de preservar el suelo.

Pero, ¿qué es el suelo? Es un hábitat complejo compuesto por minerales, materia orgánica, microorganismos, aire y agua. Constituye la capa superficial de la Tierra y se forma a lo largo de procesos extremadamente lentos, mediante la erosión de rocas causada por el agua, el viento y la acción de plantas y animales. El estudio del suelo, conocido como edafología, permite clasificarlo según características como textura (proporción de arena, limo y arcilla), estructura, porosidad, fertilidad, profundidad y otras propiedades físicas, como color y olor. Además, ciertas plantas actúan como indicadores naturales de su estado, revelando, por ejemplo, niveles de salinidad o degradación.

Más allá de su relevancia ecológica, el suelo es esencial para la supervivencia humana: todos los alimentos que producimos dependen de él. Sin embargo, nuestras prácticas agrícolas y productivas pueden deteriorarlo gravemente.

El sistema de agricultura convencional, predominante en muchas regiones, representa un serio desafío para la salud del suelo. Prácticas como el monocultivo sin rotación, la falta de asociación de especies, el uso de maquinaria pesada y dejar el suelo desnudo tras la cosecha deterioran su estructura y fertilidad. La agricultura intensiva a gran escala provoca una pérdida progresiva de las propiedades esenciales del suelo y de su biodiversidad.

Actualmente, se estima que una quinta parte de los suelos a nivel global están degradados. Según la ONU, 24.000 millones de toneladas de suelo fértil se pierden cada año debido a prácticas agrícolas insostenibles. En Argentina, aunque cuenta con vastas extensiones de tierras fértiles, 100 millones de hectáreas sufren erosión o degradación. Además, datos del INTA revelan que el 36% de los suelos argentinos enfrenta erosión hídrica o eólica, salinización o contaminación. Este problema es crítico, considerando que recuperar tan solo un centímetro de suelo puede llevar más de 100 años de forma natural.

Proteger el suelo comienza con reconocerlo como un ecosistema complejo, único y frágil. Para lograr una producción agrícola sostenible, debemos adoptar prácticas como rotación de cultivos o, mejor aún, cultivos mixtos que incluyan plantas nativas, evitando un cambio drástico en el uso del suelo. También es clave tratar adecuadamente los efluentes contaminantes, ya que el suelo actúa como filtro y transportador de sustancias nocivas, e implementar sistemas de riego eficientes que utilicen agua adecuada para prevenir la salinización.

En definitiva, es posible producir alimentos sin comprometer la salud del suelo ni los ecosistemas que nos sostienen. El Día Mundial del Suelo nos invita a reflexionar y actuar para garantizar que este recurso, esencial para la vida, sea valorado y cuidado.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPN365

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